La pseudociencia: ¿fracaso de la ciencia u otro triunfo del capitalismo?

Estos últimos años parece ser que se han inventado "nuevos" tipos de terapias no invasivas, "las terapias alternativas". La aparición de este tipo de procedimientos no es novedosa puesto que la ciencia ya se ha enfrentado (y ganado) a ellas en el pasado pero el capitalismo vuelve a ofrecernos estos métodos alternativos.

El aumento de la prescripción de fármacos homeopáticos por parte de algunos médicos y la fe que deposita gran parte de la población en esta terapia ha hecho saltar, otra vez, todas las alarmas en la comunidad científica ante el uso de estas prácticas. ¡No es para menos!

¿Qué es la homeopatía?

La terapéutica homeopática es un sistema concebido a finales del siglo XVIII por Samuel Hahnemann. Éste afirma la existencia de lo que llama "fuerza vital" que otorga "armonía vital" al organismo y también una entidad maligna, a la que llama "miasma". Cabe destacar que durante aquella época, Alemania estaba pasando por varios periodos revolucionarios y los heridos de guerra se contaban por millares. El atraso de la ciencia de aquella época y el atraso tecnológico pueden dar un sentido a estas afirmaciones.

"Principios" según los cuales se defiende la homeopatía:

Una de las críticas que jamás aceptarán los defensores de esta práctica es considerar que la homeopatía tiene resultados como efecto placebo. Si acepta esta consideración ¿para qué se necesitan laboratorios para producir fármacos homeopáticos? ¿Para qué usar un veneno y diluirlo tantas veces hasta que su principio activo desaparezca, en vez de usar simplemente agua con azúcar o un caramelo?

La mayor parte de los profesionales de la ciencia de la salud, achacan estas prácticas a la ignorancia del pueblo y la inoperancia de un médico u otro. Entonces, ¿por qué la homeopatía no desaparece sino que va ganando cada vez más prestigio y adeptos? Los datos son esclarecedores: "Las ventas de medicamentos homeopáticos representaron más de mil millones de euros en todo el mundo en el 2000, aproximadamente el 0,5 % de la totalidad del mercado farmacéutico internacional. Casi el 70 % de esta actividad se localiza en Europa, especialmente en Francia y Alemania, países donde se difundió la homeopatía durante el pasado siglo" (1). No es de extrañar, por tanto, que la ministra de sanidad, Doña Ana Matos, recomiende el uso de las "terapias alternativas" cuando decía: "en España más de 300 mil personas al día recurren a estas terapias, asimismo ha destacado que "su eficacia está demostrada" hasta el punto de que la misma Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda su regulación, algo que países como Holanda, Reino Unido o los países Nórdicos ya han hecho" (2).

Vemos pues aquí la respuesta a esta cuestión y no es otra que la homeopatía supone un mercado bastante jugoso para las grandes empresas y, como lógica de este sistema, lo importante es el beneficio y la acumulación de riquezas, donde los pacientes son mercancías.

Por otra parte cabe destacar la declaración de la OMS sobre el uso de las "terapias alternativas": "Generalmente se da por hecho que la seguridad de los medicamentos homeopáticos no debería ser una gran preocupación ya que estos medicamentos son a menudo altamente diluidos cuando se administran. No obstante, esto no es siempre así. La gran variedad de materiales utilizados (plantas medicinales, animales y materiales humanos, agentes patógenos, así como minerales y productos químicos) y otros aspectos técnicos de la producción y fabricación de los medicamentos homeopáticos pueden constituir posibles riesgos para su seguridad", explica un documento sobre estos remedios publicado por la OMS" (3). En ningún momento habla de acabar con la producción de estos "fármacos" habla de "regularlos".

Culpar a la ignorancia de la población un insulto a la inteligencia

Decía un sabio cubano, Fernando Ortiz, allá por 1951, antes de la gloriosa revolución cubana: "Cerrar los ojos ante el mal es necio, cuando no culpable; porque en definitiva, ninguna sociedad puede condenar inexorablemente a sus individuos a que no acudan al curandero, al santero, al brujo y hasta al mismísimo demonio, si cuando sufren, no se les proporciona la asistencia médica que todo pueblo civilizado debe a sus hijos infelices y sin amparo; lo cierto es que todo pueblo sin médicos suficientes, capaces y bien equipados a su alcance inmediato, tendrá los curanderos y los brujos necesarios para el remedio efectivo o iluso de sus males" (3).

Para comprender esto, hay que entender que las personas son producto de una determinada sociedad; una persona no nace ignorante o inteligente, mala o buena. Somos producto del modelo social imperante, el capitalismo, y este necesita a una población ignorante para mantener su hegemonía.

Para concluir, ante la situación actual con el sistema capitalista inmerso en una crisis estructural brutal, no es de extrañar que el uso de esta práctica aumente. Los comunistas lo llevamos diciendo mucho tiempo: no es posible el avance científico en este modelo de producción; los propios avances científicos chocan con este sistema, lo que imposibilita el avance para descubrir las leyes que rigen los distintos fenómenos.

 

Bibilografía

1) Panorámica mundial del mercado de los medicamentos homeopáticos a partir de las plantas medicinales. Manuel Miguel Collazo Herrera y Rafael Diego León Rodríguez

2) http://www.europapress.es/salud/noticia-sanidad-estudia-seguridad-terapia-naturales-posible-regulacion-20130925105942.html

3) http://www.lamarea.com/2013/09/27/la-pesudociencia-se-cuela-en-el-congreso/

4) El pensamiento científico y la homeopatía: una crónica bicentenaria. Dr Cs Luis Carlos Silva Ayçaguer

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