The Get Down: El nacimiento del rap al ritmo del Bronx

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Mucho hemos hablado sobre rap en Tinta Roja. Herramienta política, expresión artística o simple altavoz para los jóvenes, este estilo musical ha tenido especial relevancia para nosotros en los últimos años. The Get Down cuenta la historia de los orígenes del rap, del contexto social que le dio vida, y lo hace de una manera que no deja indiferente a nadie, para bien o para mal.

Hagamos un viaje en el tiempo, a 1977, había una ola criminal. El presidente nos abandonó, nos envió a seis genios, seis hombres poderosos que llevaron a Nueva York a tiempos dramáticos. Los más ricos y egoístas vivían de los que tienen asistencia social. ¿Y qué barrio sufrió más? Mi barrio, el Bronx.”

Así empieza The Get Down, con un viaje en el tiempo que nos teletransporta al Bronx de finales de los 70. Prácticamente se puede oler el humo de los edificios quemados por la especulación inmobiliaria y las paredes pintadas con graffitis. Es el escenario de la nueva serie de Netflix, en la que se cruzan tres historias paralelas: los orígenes del rap, la historia social de los barrios obreros de Nueva York y la historia de un grupo de adolescentes que viven todo esto como buenamente pueden.

El presupuesto con el que ha contado esta producción está a la altura de los grandes proyectos de Hollywood, 120 millones de dólares (la serie más cara de la historia hasta el momento). Para algunos un exceso, para otros un gasto necesario para lograr esa gran cantidad de recursos visuales y escenografías logradas con los que cuenta la serie. Lo que está claro es que han creado algo que le llama poderosamente la atención a todo el mundo.

En plena euforia de la música disco comenzaba un estilo musical completamente desvinculado de las compañías discográficas y sus intereses, música hecha por y para el barrio. Los protagonistas adolescentes de esta ficción entran en contacto con este nuevo mundo al que nadie pone nombre todavía, y quedan atrapados hasta el fondo. Esta historia de descubrimiento musical se entrelaza con sus propios problemas familiares, vivencias y amoríos, en la que el punto fuerte son unos personajes bien caracterizados, con numerosos matices que los hacen del todo interesantes.

Conciencia de clase, sentimiento de grupo y grandes dosis de frustración por lo que viven y ven a su alrededor son los elementos que caracterizan a estos personajes, cuyo mayor interés es salir de ese mundo asfixiante al que saben que les han conducido. “Estamos aquí, existimos”, parece que quieren decir en cada cosa que hacen.

Al margen de cómo trata el tema de la música es interesante ver cómo la serie trata el mundo del graffiti, reivindicándolo como la expresión artística de unos jóvenes que no tienen ni espacios ni recursos para desarrollarlo de una manera clásica. Especialmente clarificativo es un diálogo en el que un consejero del alcalde de Nueva York comenta “No entiendo ni una mierda de esos graffitis”, a lo que de manera muy certera le responden “Si traes clases de arte, materiales y maestros de arte a las escuelas te prometo que eso de ahí estará colgado en el MOMA, y no en la pared de un edificio quemado ni en un tren”.

Para los que no somos expertos en el tema The Get Down nos acerca a los orígenes de todo un mundo, el hip hop, con su break dance, su rap, sus DJs y su graffiti. Algunas críticas han sido realmente duras1, especialmente hacia el director Baz Luhrmann y sus excesos. Sin embargo para una gran cantidad de personas se nos ha hecho larga la espera hasta la segunda parte de esta historia.

1 http://www.jotdown.es/2016/08/the-get-down-la-serie-pudo-haber-no/

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