Nuestra reseña cinematográfica mensual queremos dedicarla a la película Birdma, de Alejandro González Iñárritu, una plasmación de la vida interior de cada persona, con sus aspiraciones y miedos al fracaso, y a la par una crítica a la sociedad efímera de la mediatización y la fama a cualquier precio.
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Cuando llevamos apenas un mes de 2015, ya tenemos en los cines una de las películas que figurará en todos los "Top 10" de este año. Nos referimos a Birdman o (la inesperada virtud de la ignorancia), la última película de Alejandro González Iñárritu (Amores perros, 21 gramos), que ha puesto a toda la crítica especializada de acuerdo para afirmar que se trata de una obra maestra que constituye el mejor trabajo de su realizador hasta el momento.
Birdman trae como estrella principal al legendario Michael Keaton, quien irónicamente interpreta a una vieja gloria del Hollywood más palomitero venida a menos que pretende relanzar su carrera a través de una obra de teatro de carácter más intelectual.
Con este argumento, Iñárritu elabora una mordaz crítica a la industria del espectáculo estadounidense, hablándonos de la relatividad del estrellato y de su fugacidad, especialmente en lo que se refiere al carácter irreal de un éxito que, lejos de medirse bajo los parámetros con los que se mide el trabajo bien hecho, se contabiliza en función del número de "Me gusta" en Facebook, las reproducciones de YouTube o los seguidores en Twitter.
Uno de los aspectos que más llama la atención a la hora de ver Birdman es el hecho de estar realizada en un único (y falso) plano secuencia de dos horas, en el que el reparto de lujo que acompaña a Keaton (Edward Norton y Emma Stone entre otros) ofrece unas interpretaciones más que aceptables.
Sin duda, debido a la cantidad de referencias que pueden rastrearse en ella, la película gustará más a aquellos cercanos al mundillo del cine y el teatro, pero en cualquier caso hará las delicias de quienes busquen una buena historia acerca de un hombre que pagó un precio excesivamente elevado por alcanzar una fama demasiado efímera.
