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Jue28032024

Última actualización09:36:03 AM GMT


El uso de las pelotas de goma es criminal

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El caso del militante de los Colectivos de Jóvenes Comunistas, Iñaki, que ha perdido el 90% de la visión de un ojo por un disparo de pelota de goma en la manifestación de las Marchas de la Dignidad, se añade a la lista de personas agredidas por los diversos cuerpos represivos con este arma. En 2012, Ester Quintana perdió un ojo, Xuban Nafarrete tuvo un coágulo en el cerebro e Íñigo Cabacas perdió la vida. 

En España existen numerosas formas de reprimir a la clase trabajadora en sus luchas contra las agresiones de la patronal. Diversas ramas de los cuerpos represivos a nivel central, autonómico y local se encargan de poner toda la carne en el asador para idear los más originales y variados métodos, con el fin de sofocar los deseos crecientes de los obreros de organizarse para hacer frente a la situación de aumento de la miseria y la explotación.

Algo que tienen en común la Guardia Civil, la Policía Nacional, los Mossos d'Esquadra y la Ertzaintza, además de ser fuerzas armadas al servicio de la burguesía, es que emplean armas muy dañinas y potencialmente mortales en esos episodios de represión contra los trabajadores que repetidamente protagonizan. Una de ellas son las pelotas de goma, prohibidas en otros países capitalistas y cuyo uso ha sido desaconsejado en numerosas ocasiones a los gestores de la burguesía en España por las instituciones de la Unión Europea; aunque, sin embargo, se han negado a ir más allá y prohibirlas a nivel europeo.

Las pelotas de goma son artefactos relativamente pequeños y baratos: pesando unos 90 gramos, no cuestan más de un euro por unidad. Los voceros del sistema cantan constantemente las supuestas bondades de estos chismes tan destructivos y nos dictan que debemos estar agradecidos por su utilización, pues sustituyen al fuego real.

Lo cierto es que la clase obrera no tiene nada que agradecer a sus opresores. Pero es que, además, las pelotas de goma tienen capacidad para matar. Máxime teniendo en cuenta que los policías casi nunca cumplen sus propias reglas para la utilización de las escopetas que disparan las balas de goma. En vez de hacerlos rebotar contra el suelo, los proyectiles -que alcanzan velocidades de hasta 720 km/h- son lanzados a bocajarro a los manifestantes, a distancias muy cortas, produciendo problemas graves como hemorragias cerebrales o daños irreversibles en el bazo, entre otras complicaciones. Estas situaciones pueden, a corto o a largo plazo; directa o indirectamente acarrear la muerte de una persona.

En las últimas décadas, más de veinte personas han sido lesionadas en España por el uso de este tipo de armamento. En los últimos cinco años, al menos ocho personas han perdido un ojo como consecuencia de ello.

Muy conocido es el caso de Ester Quintana, que, el 14 de noviembre de 2012, tuvo que soportar la extirpación de un ojo que le había estallado como consecuencia de la agresión mediante pelota de goma de un Mosso d'Esquadra en Barcelona.

Era un día de huelga general. Los mecanismos represivos del Estado estaban en pleno rendimiento. No era la primera huelga general que acababa en tragedia por hechos similares. También el joven Xuban Nafarrete, de tan sólo 19 años, en 2012 recibió un pelotazo en plena cabeza tras apretar un ertzaina el gatillo... ¡a tan sólo cuatro metros! El impacto le provocó un coágulo en el cerebro que pudo haberle costado la vida.

En el País Vasco, también en 2012, un hincha del Athletic de Bilbao fue asesinado por la policía vasca tras asistir a San Mamés para presenciar un partido de fútbol. Las autoridades del País Vasco negaron reiteradamente la autoría del asesinato hasta que la autopsia no dejó margen para equívocos.

Y el último caso lo hemos sufrido en nuestras propias carnes los Colectivos de Jóvenes Comunistas. Un camarada de Madrid, Iñaki, el pasado 22 de marzo, tras la manifestación de las Marchas de la Dignidad, a la que acudió con el Bloque Obrero y Popular, recibió un disparo de una pelota de goma que le ha hecho perder el 90% de la visión de un ojo.

Ante este último caso, los voceros de la burguesía ya han salido recriminando al camarada su asistencia a dicha manifestación, intentando situarlo como persona involucrada en los disturbios que se generaron después de la convocatoria, en muchos casos como respuesta a las brutales agresiones que inició la Policía Nacional cuando la movilización transcurría con normalidad por el centro de Madrid. Para muestra, la que recibió nuestro camarada Iñaki por parte de los pistoleros a sueldo del Estado burgués.

Más información:

Resolución del Comité Ejecutivo del PCPE y el Buró Político de los CJC sobre la agresión policial sufrida por Iñaki.

Entrevista a Iñaki por parte de "Las Mañanas de Cuatro".


Domènec Merino es miembro del Comité de Redacción de Tinta Roja y del Comité Central de los Colectivos de Jóvenes Comunistas (CJC).

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