El Madrid de hoy, con sabor a noviembre del treinta y seis

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La Ciudad Universitaria, la Casa de Campo o el Cuartel de la Montaña son solo algunos de los enclaves de la Defensa de Madrid. Y es que la Historia de nuestro Madrid, el Madrid proletario, está cargada de heroicidades de los obreros y obreras que, al grito de "¡No pasarán!", defendieron la ciudad hasta sus últimos días. Barrios como Carabanchel, calles como la Gran Vía y plazas como la Puerta del Sol son historia viva de estas batallas que hoy queremos recordar.

Un día cualquiera de noviembre, 2015. Madrid se tiñe de un color rojizo, más obrero y consciente. Paseando por la Gran Vía nos viene a la cabeza un recuerdo de las Brigadas Internacionales desfilando, por la rebautizada Avenida de los 15 y medio1 que durante la guerra fue sacudida atrozmente por los obuses fascistas. Avanzamos en dirección al Parque del Oeste, parando en el Cuartel de la Montaña: aquí comenzó todo.

Con la sublevación fascista, el Cuartel de la Montaña fue uno de los puntos calientes donde los falangistas se amotinaron con el fin de tomar Madrid (recordemos que desde él se controlaba el valle del Manzanares y el eje Plaza de España- Gran Vía), sin embargo, la voz corría por las calles y barrios, movilizándose miles de obreros que acudieron, desde Lavapies y los alrededores, hasta la Plaza de España, donde comenzaron los tiros y acabó el General Fanjul arrestado a manos del pueblo madrileño.

Tras la breve pausa, nos vamos con la música a otra parte. Atravesamos el Parque del Oeste hasta llegar al Puente de los Franceses. El 9 de noviembre el General Mola toma la dirección y pretende cruzar el Manzanares a través del Puente, en dirección a Ciudad Universitaria. El objetivo de la ofensiva nacional era avanzar desde Casa de Campo, Ciudad Universitaria y Carabanchel. Pero se toparon con los madrileños, y como dice la popular canción: "Puente de los Franceses, mamita mía, nadie te pasa. Porque los madrileños, mamita mía, que bien te guardan".

Andamos cuarto de hora en dirección a Moncloa y nos adentramos en lo que fue uno de los episodios más fascinantes de la Guerra Nacional- revolucionaria, la batalla de Ciudad Universitaria. Las balas se paseaban por la Facultad de Medicina y en Filosofía y Letras las BBII establecieron su cuartel, donde todavía hoy se pueden adivinar los tiros de las ametralladoras fascistas. El 18 de noviembre la XII Brigada se incorpora junto a la XI a defender la Ciudad Universitaria, también andaba por allí Buenaventura Durruti, quien pocos días después moría asesinado entre conspiraciones y conspiradores2.

Setenta y nueve años después, los adoquines de la Ciudad Universitaria siguen llenos del heroísmo de las BBII, que son recordadas con un monumento a la salida del Metro, frente al Edificio de Alumnos.

Después de pasear casi una hora por Ciudad Universitaria, volvemos al Puente de los Franceses y tomamos dirección Oeste, a la Casa de Campo. Todavía hoy se aprecian resquicios de lo que fue la contienda en este espacio, como por ejemplo las trincheras y fortines en la loma de las Garabitas. En la siguiente imagen podemos ver como el frente atravesaba todo el parque, desde la línea de Retamares hasta Batán, dejando Garabitas a los fascistas y el lago a los republicanos.

Y para finalizar el recorrido nos trasladamos a Carabanchel, barrio que en la actualidad se nutre con miles de trabajadores y trabajadoras, como en el ayer de hace setenta y nueve años. Numerosos enclaves son los que hoy nos encontramos en Carabanchel, que desde el Alto de Extremadura nos llevan hasta el Cuartel de Cuatro Vientos, a Campamento... 

La Guerra Nacional- revolucionaria nos dejado grandes tesoros en el Madrid de 2015, un Madrid que necesita recordar las hazañas de su pueblo hace casi ochenta años, un Madrid que debe lo que es en el presente, a lo que fue en el pasado. Nuestro Madrid resiste en sus jóvenes, en sus mujeres y en sus hombres. El Madrid de hoy, con sabor a noviembre del treinta y seis.

Referencias:

1. El 31 de diciembre de 1936, a las doce en punto, doce cañonazos surcan el cielo madrileño impactando en el edificio de la Telefónica situado en Gran Vía. El calibre de los cañonazos lanzados desde Getafe por los fascistas era del quince y medio, por lo que fue rebautizada como Avenida de los 15 y medio.

2. Desde el principio la muerte de Durruti se vio inmersa en un ambiente de dudas y conspiraciones. Algunas fuentes apuntan que fue un disparo fortuito de los fascistas, otros que el disparo llegó desde su espalda, a manos de sus camaradas de la CNT por el creciente acercamiento de Durruti al PCE.

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