Paco Ibañez y el canto de la poesía del pueblo

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Paco Ibañez y el canto de la poesía del pueblo

La música, la poesía, el arte son la expresión más bella del ser humano. Con ella, somos capaces de ilustrar nuestras reacciones hacia la realidad que nos rodea, compartir nuestras sensaciones y sufrimientos, difundir nuestras necesidades, pero también nuestros logros. Muchas veces nos hemos preguntado qué tipo de arte, de música, de poesía, debe emanar de la clase obrera. A este respecto, Pablo Neruda dijo:

"No escribo para que otros libros me aprisionen
ni para encarnizados aprendices de lirio
sino para sencillos habitantes que piden
agua y luna, elementos del orden inmutable,
escuelas, pan y vino, guitarras y herramientas."

Arte, poesía, música por y para el pueblo. Sencillez, claridad de mensaje, compromiso, consciencia y emoción. La clase obrera se merece a sus poetas, a sus representantes, que hagan oír su voz. Hoy hablamos de uno de ellos, Paco Ibañez.

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La voz del pueblo en los versos de Pablo Neruda, así como de Rafael Alberti, Miguel Hernández, Gloria Fuertes o de otros poetas parte de nuestra herencia como Francisco de Quevedo o Jorge Manrique fue rescatada por este valenciano que pasó gran parte de su vida en Francia, huyendo de la dictadura franquista.

Como cientos de miles de republicanos antifascistas, la familia Ibañez cruzó la frontera pirenaica en el invierno de 1939 y se instalaría finalmente en París en 1948. Allí, desde la mitad de la década de 1950, y sirviéndose solamente de su guitarra y de su garganta, Paco Ibañez ha puesto melodía a los poemas del pueblo español resistente a la dictadura de Franco, de los luchadores por la libertad. Así, ha llevado a la práctica los versos de Blas de Otero, al que también cantó, en los que decía que, "si abrí los labios hasta desgarrármelos / me queda la palabra".

La importante labor de difusión de la cultura y del arte de la clase obrera española de la posguerra lleva a que hoy Paco Ibañez sea uno de los símbolos musicales de varias generaciones. Especialmente, su reconocido concierto en el Olympia de Paris ocupa un lugar icónico en nuestra memoria colectiva. En este concierto, celebrado el 2 de diciembre de 1969, la voz de Paco Ibañez se fundió en una sola con la de un pueblo amordazado y la de sus poetas. De esta actuación, difundida en un doble CD, destacamos estos tres temas, que ponen voz a poemas de Gabriel Celaya, Luis Cernuda y Rafael Alberti.

La poesía es un arma cargada de futuro es el título de uno de las composiciones más conocidas del poeta comunista Gabriel Celaya, junto con España en marcha, igualmente interpretada por Paco Ibáñez. Podemos afirmar que se trata de una de las letras con más fuerza, esperanza y compromiso escritas en lengua castellana. El poeta, contemporáneo a Ibañez dejó a este una "poesía para el pobre / poesía necesaria como el pan de cada día" que reclama el poder popular, que reivindica que el pueblo español, consciente y revolucionario, recupere su arte como medio de expresión.

"Maldigo la poesía concebida como un lujo
cultural por los neutrales
que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse.
Hago mías las faltas. Siento en mí a cuantos sufren
y canto respirando.
Canto, y canto, y cantando más allá de mis penas
personales, me ensancho."

Junto a la "poesía-herramienta" de Celaya, Paco Ibañez nos recuerda la crudeza de los versos de Luis Cernuda cuando Un español habla de su tierra. En esta ocasión, el poeta sevillano escribe por los miles de compatriotas que, como Ibañez y el mismo, debieron exiliarse tras el triunfo fascista en la guerra civil, cuando "ellos, los vencedores / Caínes sempiternos / de todo me arrancaron. / Me dejan el destierro."

Pero son sobre todo conocidas las versiones de Rafael Alberti, en especial la popular A galopar. Los poemas de Alberti se caracterizan, por lo general, por su sencillez, resultando mensajes directos, pero a su vez plagados de imágenes. Por eso, y especialmente, la metáfora del pueblo español como jinete, que debe seguir galopando hasta su emancipación, y que sigue todavía vigente, apenas necesita explicación.

"Nadie, nadie, nadie, que enfrente no hay nadie;
que es nadie la muerte si va en tu montura.
Galopa, caballo cuatralbo,
jinete del pueblo,
que la tierra es tuya.
 
¡A galopar,
a galopar,
hasta enterrarlos en el mar!"

Doble disco con el concierto de Paco Ibañez en el Olympia. París, 2 de diciembre de 1969.

(Pincha en la imagen para escuchar el Doble disco del concierto de Paco Ibañez en el Olympia. París, 2 de diciembre de 1969.)

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