Un ejemplo sencillo y gigantesco, la lucha de las trabajadoras de limpieza de Jerez

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Tinta Roja nº20, invierno 2012-2013

Claudia Lorente

A lo largo de estos últimos años, en los que la verdadera cara del capitalismo ha quedado al descubierto, hemos podido ver importantes avances en la lucha de la clase obrera que, si bien parecen poca cosa frente a las enormes dimensiones de la crisis estructural de este sistema, constituyen auténticos puntos de referencia para el movimiento obrero. Luchas emprendidas por trabajadores y trabajadoras en distintos puntos del Estado que han saltado a la primera página en los medios de comunicación, desenmascarando con cada acción a los responsables de esta situación catastrófica a la que nos enfrentamos, no solo en el plano económico sino en el sociopolítico.

Una muestra de lo que comentamos es la huelga que mantuvieron recientemente las trabajadoras de limpieza de Respuestas Auxiliares, la concesionaria municipal de los servicios de limpieza de los colegios públicos de Jerez de la Frontera (Cádiz). Una demora en los pagos por parte del ayuntamiento de la localidad gaditana las llevó a ponerse en pie. Tras una primera huelga con la que no se alcanzaron los objetivos propuestos y la indiferencia del consistorio ante sus demandas, decidieron convocar una segunda huelga, esta vez indefinida. Las trabajadoras dejaron de limpiar los colegios jerezanos, y pronto Sanidad indicó que la insalubridad en las aulas era motivo suficiente para decretar el cierre de clases y aularios en diversas escuelas.  

Es en este punto cuando se pone de relieve la fragilidad del sistema: los niños no podían acudir al colegio, los padres se veían obligados a buscar con quién dejarlos y la situación era cada vez más insostenible. En un sistema en el que la escuela no es tanto un espacio donde se imparte educación sino un lugar donde dejar a los niños mientras los padres van a trabajar, el cierre de un colegio supone un duro golpe a la rutina adoptada por las familias y a su subsistencia. Ya no hay tanta equivalencia entre mamá y ama de casa a tiempo completo. El sistema capitalista nos deja desprotegidos, se cayó la máscara del Estado del Bienestar.  

Los medios de comunicación al servicio de la oligarquía pasaron a jugar su fundamental papel, el de voceros de un ayuntamiento que señaló a las trabajadoras acusándolas de negar a los niños el derecho a la educación. Así es como dirigieron el foco de atención, creando un cortafuegos que diese una tregua a un gobierno municipal asediado por las movilizaciones y las deudas. Un consistorio que volvería a encontrarse pocas semanas después con otra huelga, la de los trabajadores del servicio de limpieza municipal.  

La población no podía quedar indiferente ante una movilización de las dimensiones de una huelga indefinida. La gente no podía posicionarse del lado de quienes se han dedicado a explotar a las trabajadoras por unos salarios de miseria que ni siquiera llegaban a cobrar. Por supuesto que a las madres de Jerez no les haría gracia perder la posibilidad de la escuela para dejar a los niños en buenas manos, pero sabían que las mismas trabajadoras se encontraban en esa situación. También había madres en la plantilla de Respuestas Auxiliares, familias a las que el dinero trabajado no llegaba nunca. La solidaridad fue y es inevitable.  

Al fin, el pasado 8 de noviembre las trabajadoras decidieron en asamblea desconvocar la huelga. El ayuntamiento había pagado, el objetivo se había cumplido. La llama había prendido irremisiblemente. Tenemos ante nosotros y nosotras, por lo tanto, un ejemplo local, sencillo y gigantesco a un mismo tiempo, de lo que significa una huelga indefinida, de cómo este método de lucha desenmascara a la oligarquía y desmantela este sistema que nos vampiriza y para el que sólo somos números. No es un caso aislado, los hay por todas partes y son silenciados. Pero la unidad de acción, la firmeza en las decisiones, la toma de conciencia de la clase obrera, son fundamentales para el desarrollo de la lucha. Los motivos meramente económicos dejan poso, y poco a poco se irá fraguando la conciencia de clase.

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