Revisando las cifras del paro.

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Recientemente los diarios nacionales abrían con la noticia de una importante bajada del paro, 541.700 parados menos desde 2015, lo que no cuenta es que durante ese periodo también ha disminuido el número de activos en 127.800. O que desde el trimestre anterior se han destruido 29.500 puestos de trabajo.

No obstante el número de ocupados ha aumentado en 413.900 personas desde 2015, lo cual hace que, ciertamente, el gobierno pueda vender estos datos como un éxito. Y es que los medios de comunicación se muestran triunfalistas, en concordancia con el gobierno, mostrándonos un panorama económico que, a muchos de nosotros, nos choca. Muchos no podemos dejar de fijarnos, a pesar de lo que diga el presidente o la televisión, que día tras día la situación empeora, muy lentamente, pero lo hace.

Nos encontramos, en pleno invierno, con precios de la luz históricos, disparados por las nubes, las pensiones públicas están congeladas y en peligro de desaparición y este es el resultado de las mismas políticas que han logrado reducir el número de parados en medio millón durante este último año.

Este es el camino que los poderosos han elegido para nosotros, el capitalismo europeo marcó una línea para salir de la crisis, y desde España la seguimos a pies juntillas, sin importarnos las consecuencias que pueda tener para la población, para los trabajadores. Lo cierto es que detrás del incremento del empleo se esconde una verdad, un secreto a voces que el gobierno nunca admitirá, hay más empleo porque cobramos menos.

La crisis económica que vivimos hoy día (los economistas la han denominado La Gran Recesión) es muy profunda, ha golpeado con dureza las ganancias de las multinacionales, y estas no se han quedado quietas. La solución a la crisis sólo podía encontrarse fuera de este sistema, puesto que este último (el mal llamado sistema del bienestar) ha quedado herido de muerte, obsoleto.

Existen muchas formas de solventar la crisis, todas ellas implican cambios en la estructura social de este país, nosotros, los revolucionarios, apostamos por la única vía que puede sacarnos de esta crisis (y erradicarlas por siempre) y defender al pueblo, el Socialismo. Evidentemente esta no es la vía que la Unión Europea, una unión hecha a medida de los deseos empresariales, ha tomado.

La ganancia del empresario proviene del expolio del trabajador, por eso vemos aumentar las ganancias de las multinacionales a la par que bajan los salarios.

Así es, la vía escogida por nuestros misericordiosos patrones no es otra que la de rebajar los costes laborales de producir, en concreto el de la mano de obra.

Pasamos de un modelo de trabajos indefinidos a uno de contratos temporales, pasamos de puestos de trabajo protegidos por convenios colectivos a facilitar cada vez más el despido (rebajando los costes del despido improcedente).

El 57,16% de los puestos de trabajo creados en 2016 se deben a contratos temporales, es una tendencia que se viene evidenciando desde hace años, se crean muchos más puestos de trabajo temporales que indefinidos, es más, habitualmente se destruyen trabajos indefinidos mientras que la temporalidad crece, principalmente entre los jóvenes.

Y es que los jóvenes son ya parte del futuro que la UE ha diseñado para los trabajadores (el Plan de Garantía Juvenil, entre otros, lo atestigua), un futuro marcado por bajos salarios y ninguna protección frente al despido, un futuro donde la mano de obra es mucho más barata porque no está organizada, porque el despido es totalmente libre y gratuito.

No hay que perder de vista tampoco el número de personas activas, el cual ha descendido desde 2015 en 102.400 ¿dónde está toda esa gente que antes buscaba trabajo? Puede que algunos se hayan jubilado, pero lo cierto es que la mayoría simplemente han sido borrados de las listas del paro, de ahí que el paro baje en medio millón y el empleo aumente por debajo de esa cifra, porque muchos trabajadores ya no cuentan como parados, bien sea porque han emigrado o porque han sido borrados de las listas del paro.

Los medios de comunicación podrán exponer unos datos macroeconómicos excelentes, e incluso decirnos que hemos salido de la crisis, pero la juventud sólo conocerá la precariedad, la temporalidad y salarios bajos. No es una teoría, es la realidad que les toca a vivir a muchos trabajadores hoy día, aunque no salga en televisión...