Desgranando el Mobile World Congress

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Ya tenemos en Barcelona (o más bien en L'Hospitalet) un año más el Mobile World Congress, el mayor evento en tecnología de la comunicación del mundo. Tras batir récords de asistencia y de ingresos año tras año (465 millones de euros el año pasado) ni la Generalitat ni el gobierno central están dispuestos a dejar escapar semejante botín, a pesar de que les (nos) cueste retenerlo 30 millones de euros.

Bien podríamos pensar que ante semejante cantidad de dinero, la ciudad Condal y su vecina L'Hospitalet, podrían ofrecer a sus ciudadanos una calidad de vida ejemplar, pero esto es así? No, y es aquí donde se desmonta el mito de la "ciudadanía". Nada tienen que ver los beneficios que van a percibir las ETT de turno o el dueño de cualquier hotel con lo que van a recibir sus empleados. Mientras los empresarios suben los precios de sus servicios, los trabajadores simplemente somos carne de cañón. Y es que este evento "genera" 13000 puestos de trabajo durante máximo una semana, donde los trabajadores realizaremos turnos de 10, 12, 14h... las que sean, por tal de ganar hasta 300€ en 4 días de contrato. Auténticas migajas en comparación con el pico que se llevará cada empresa.

Tampoco resulta este evento un ejemplo en materia de igualdad entre hombres y mujeres. Mientras unos son contratados como cocineros, botones, montadores o chóferes, las mujeres son contratadas como azafatas y prostitutas, cuya función única es atraer público masculino. Es el paradigma de la cosificación de la mujer (trabajadora, que la empresaria está muy agusto en su casa o en su oficina).

Y si para la clase obrera este congreso no hace más que aumentar su grado de explotación en su centro de trabajo, en su barrio la cosa no va a mejor. El caso de L'Hospitalet es muy llamativo. Su alcaldesa, Núria Marín del PSC, quiere aprovechar como sea esta oportunidad para referenciar L'Hospitalet ante el mundo ya que el recinto ferial se encuentra en dicha ciudad. Para ello ya años anteriores, y este también, ha montado una carpa de tapas en las inmediaciones del recinto y fletado autobuses de tapas para que conozcan nuestra fabulosa gastronomía y de paso se maravillen con "su" ciudad. De buen seguro estos autobuses evitarán detenerse en aquellos barrios obreros como la Florida, Pubilla Cases o la Torrassa, donde a diferencia de las modernas instalaciones dedicadas al "business" construidas entorno a la feria, las escuelas se caen a pedazos y los vecinos sufren cada año plagas de ratas y cucarachas.

El MWC es un evento que como humanos debería ilusionar ya que se muestra lo último en tecnología, mostrando la capacidad de inventiva que tenemos como especie. El problema, una vez más, es que mientras una clase social pone su tiempo, su esfuerzo y su sangre para crear, otra clase parásita se adueña de su esfuerzo, su tiempo y hasta de su sangre.