Huelga de la limpieza en el aeropuerto de El Prat

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El pasado mes de diciembre, el Aeropuerto de Barcelona vivió en primer plano las movilizaciones y jornadas de huelga de limpieza llevadas a cabo por las trabajadoras de Valoriza. Esta empresa, Valoriza Facilities SAU, es de carácter privada y se encarga de la limpieza de la terminal 1 y 2 del aeropuerto de El Prat.

La primera semana de huelga se vivió intensamente en el aeropuerto, ya que era un conflicto silenciado y desconocido por los demás trabajadores. El eco se hizo cuando en la primera jornada había muchos lavabos cerrados y la basura empezaba a aparecer por las terminales. A medida que iban avanzando los días, los deshechos se iban acumulando por todos los rincones del aeropuerto. Los lavabos no se limpiaban, las papeleras no se vaciaban, el suelo no se fregaba, al contrario, las trabajadoras de Valoriza tiraban la basura al suelo como otra forma más de protesta. Aquí no solo se podía comprobar como de importante es tener un servicio de limpieza para cuidar el aeropuerto, sino como de importantes somos los trabajadores para que todo funcione.

A pocos días antes de la nueva convocatoria de huelga, días 22 y 23 de diciembre, la empresa Valoriza aceptó todas las propuestas y reivindicaciones planteadas por los trabajadores. De este modo, todos los trabajadores se reunieron en asamblea para acordar que se desconvocaban las futuras movilizaciones y próximas.

Así bien, las y los trabajadores de Valoriza han conseguido los objetivos planteados en sus luchas. Desde el inicio han sabido mantenerse firmes a sus propuestas y ceder ante las negociaciones de AENA. Los trabajadores de otros sectores del aeropuerto han podido comprobar que su lucha ha sido verdadera. Más allá de haber escuchado comentarios de compañeros quejándose del mal estado del aeropuerto, entendieron el por qué y para qué luchan. Han sabido entender que sólo así, luchando unidos, es como nos escuchan. Esto ha servido para crear conciencia de clase donde no la había. También ha sido una muestra de compañerismo y empatizar más con la situación real que vivimos los trabajadores. Porque el pasado mes de diciembre en el Aeropuerto de El Prat se comprobó que sin nosotros no se mueve un engranaje.

Ellas y ellos han ganado, pero también ha vuelto a ganar, la clase obrera.