Conflicto en Hostelería. Entrevista a Marina Lapuente

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¿Cómo vamos a creer que los partidos políticos nos han traído cambio y que la economía se recupera? ¡Si seguimos teniendo condiciones totalmente precarias en nuestro trabajo Hoy en Tinta Roja entrevistamos a Marina Lapuente, joven trabajadora del sector de la hostelería en Aragón, que nos habla acerca del conflicto que estalló por la ruptura de las negociaciones entre patronal y sindicatos del convenio provincial de hostelería.

Tinta Roja: ¡Buenos días, Marina! Para comenzar, ¿cuáles fueron los inicios del conflicto en tu sector?

Marina Lapuente: ¡Hola! El conflicto como tal comenzó cuando las negociaciones por el convenio provincial de hostelería en el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA) se rompieron por completo el 24 de enero al levantarse la patronal de la mesa negociadora, tras doce meses de reuniones en las que los sindicatos fueron rebajando cada vez más sus exigencias.

El motivo concreto de la ruptura fue que la patronal no quería aceptar la subida de sueldo del 3,25% que pedían los sindicatos, y no quería conceder una subida superior al 2%. Con esta subida ni si quiera se recupera la pérdida de capacidad adquisitiva que hemos sufrido con el aumento del IPC este año...

TR: Son famosos los casos en que los empleados cobraban 2 € por cambiar las camas en algunos hoteles, e incluso 50 céntimos en caso de que fuera una cama supletoria... ¿Aumentaron las condiciones precarias de los trabajadores con las nuevas propuestas de la empresa?

ML:Desde luego. De hecho, además de esta postura respecto a la subida salarial, la patronal mantuvo otra serie de propuestas que suponen una pérdida de derechos muy graves para los trabajadores afectados por este convenio, que somos 17.000 en toda la provincia: la de crear una nueva categoría salarial, de aprendiz, que tendría un contrato de un año y cobraría un 60% de lo que cobra un trabajador que hace su mismo trabajo, mantener el pago de la nocturnidad a partir de las 00h y no a partir de las 22h, y aumentar la jornada de trabajo ordinaria a 10 horas, lo cual repercute en el cobro de las horas extras.

Algo que me gustaría recalcar es que en 2016 la patronal hostelera batió récord de beneficios desde 2008, año en el que se celebró en Zaragoza la EXPO y por tanto vivió un boom turístico. Por tanto, creo que todas estas pérdidas de derechos en este contexto deben de ser para los trabajadores directamente impensables.

TR: ¿Cuál fue el papel de los sindicatos durante las negociaciones?

ML:Ya he comentado que a lo largo de los doce meses de negociación fueron rebajando cada vez más las exigencias. En las primeras reuniones llevaron propuestas como la de crear una figura sindical que se encargase de supervisar el cumplimiento de la normativa legal laboral en aquellos centros de trabajo donde no hay representación sindical, o la de pagar la nocturnidad, como se hace en otros sectores, a partir de las 22h. Pero todas estas cosas las fueron desechando y prácticamente su única demanda al final era la subida salarial del 3,25%.

Cabe decir también que mientras transcurrían las negociaciones, ninguno de los tres sindicatos informó a sus afiliados ni en general a los trabajadores de hostelería de cómo estaban yendo esas negociaciones, ni mucho menos pretendían acompañarlas de una movilización que a mí me parece necesaria si se quiere poder meter presión desde la parte social a las negociaciones y las pretensiones de la patronal.

Los sindicatos realmente sólo han llamado a la movilización y han empezado a convocar asambleas de trabajadores en las que rendir cuentas de la marcha de las negociaciones desde la ruptura de la negociación en enero.

TR: ¿Y qué ocurrió después de que las negociaciones se agotaran?

ML:Los sindicatos que forman parte de la mesa negociadora, CCOO, UGT y OSTA, convocaron una asamblea abierta de trabajadores de hostelería en febrero en la sede de UGT Aragón para informar sobre la marcha de las negociaciones y proponer un calendario de movilizaciones con las que meter presión y reactivar la negociación. A esta asamblea asistieron unos 100 trabajadores y el calendario de movilizaciones se ha ido desarrollando, haciendo concentraciones frente a locales que son propiedad de cada una de las partes de la patronal que está bloqueando el convenio: la de cafés y bares, la de hoteles y la de restaurantes.

Ahora mismo continuamos en marcha con este calendario, y está empezando a cobrar forma una plataforma que acoja a trabajadores de distintos sindicatos, o incluso que estén sin sindicar, que cree una tabla reivindicativa propia de condiciones por las que luchar en este convenio. Creo que es una iniciativa muy acertada en esta lucha contra la patronal hostelera de Zaragoza tanto para superar la división entre trabajadores por siglas sindicales, como para implicar a aquellos que no han visto una necesidad de sindicarse, así como para elevar mediante presión de los propios trabajadores las demandas de los distintos sindicatos de la mesa negociadora.

TR: ¿Sienten los trabajadores en lucha la necesidad de organizarse?

ML:Lo cierto es que el sector hostelero es un sector desmovilizado y con bajos niveles de sindicación por una serie de características que sufre: la alta temporalidad, que impide, ya no sólo referenciar a cuadros sindicales de un centro de trabajo, sino sacar órganos de representación sindical en los centros de trabajo; la existencia de muchas pequeñas y medianas empresas donde la creación de delegaciones sindicales es mucho más complicada,... Sin embargo, no es para nada un sector con poca conciencia.

Yo hace dos años que trabajo en hostelería y he conocido a muchos trabajadores realmente hartos de su situación laboral y con ganas de luchar por sus derechos. Lo que ocurre en este sector, como decía antes, no es que no se vea esa necesidad de luchar, sino que faltan unos cauces. En este sentido, veo muy apropiada esa propuesta de plataforma y creo que puede servir para superar esas dificultades para la movilización y la lucha que tenemos por las características propias del sector.

Espero que todas esas ganas de luchar que llevo ya meses viendo en muchos compañeros y compañeras se vuelquen dentro de esta plataforma y se consiga una lucha unitaria de trabajadores por un convenio que nos afecta a casi todos.

TR: ¿Podrán los trabajadores ganar un pulso al empresario por encima de los "mínimos"?

ML: Yo creo que si utilizamos bien esa herramienta que es la plataforma de trabajadores, que se reunirá por primera vez la semana que viene, es mucho más de lo que han pedido los sindicatos lo que podemos conquistar.

Y esto porque además, nos encontramos en una situación objetivamente buena para arrancar ciertas concesiones. Como he dicho, este 2016 la patronal ha batido récord de beneficios desde 2008, el año de la EXPO, y la previsión es que se vuelvan a batir este año, en parte porque las fiestas patronales de Zaragoza caen en fechas muy propicias para la llegada de turistas.

Por dar datos concretos, si se comparan las cifras de turistas, pernoctaciones y ventas de 2008 con las de 2016, y se tiene en cuenta la cantidad de empleados de hostelería en Zaragoza en ambos años, vemos que se ha sacado adelante el mismo trabajo y se han sacado unos beneficios similares, aunque con un 33% menos de trabajadores.

Así que al fin y al cabo los trabajadores estamos en una situación de trabajo cada vez más precaria, cobrando menos que en 2008 por hacer mucho más trabajo con menos manos, mientras los empresarios aumentan y prevén aumentar aún más sus beneficios. Creo que es un año muy propicio para avanzar en esta lucha, y en el que si se da esa necesaria organización y movilización de trabajadores no serán pocos los derechos y las mejoras de nuestras condiciones que podremos conseguir.

De hecho, nada más anunciarse esa primera asamblea abierta de trabajadores que tuvo lugar en febrero en la sede de UGT, la patronal llamó a los tres sindicatos ofreciéndoles una subida del 2'5% a cambio de que no realizasen dicha asamblea (algo que no había ofrecido en ninguna de las reuniones previas, nunca quiso subir del 2%). Esto para mí es un claro indicador de que la patronal es tan consciente como deberíamos de ser nosotros de que nuestro poder al organizarnos y movilizarnos es muy superior al suyo, y nos pone en una posición ventajosa respecto a ellos en las negociaciones.