Cine contra la barbarie. Mai Masri, Palestina y la Humanidad

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Esta semana los telediarios vespertinos anunciaban, de pasada, la infinita puñalada a una agonizante Palestina. Como los asesinos de las series estadounidenses que gozan con seguir apuñalando a sus víctimas una vez que ya están muertas,  “El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, y el titular de Defensa, Avigdor Lieberman, han dado luz verde la noche del martes a la construcción de 3.000 nuevas viviendas en colonias de los territorios palestinos ocupados de Cisjordania.”1 Pero Palestina no muere, a pesar de todo, gracias a su lucha, para la que todos los frentes son pocos. Y bien sabemos que la cultura es la mejor forma de resistencia.

Precisamente otra de las puñaladas del imperialismo sionista es el telón de fondo, a la par que el hilo conductor, de la última película de Mai Masri, titulada 3.000 noches (2015) Mai Masri 2 nació en 1959 en Amman, y, tras estudiar cine en  San Francisco (su madre era estadounidense), en 1981, regresa a su país de infancia, Líbano, para dedicarse a la dirección y producción de documentales y de cine-documental. Su experiencia en este país, del que debe exiliarse huyendo de la guerra marca profundamente su cine. Se trata de un arte comprometido, con temáticas cuidadosamente tratadas, con personajes que van construyéndose a lo largo de la cinta, y que da voz a esta gran parte de la sociedad frecuentemente olvidada y silenciada.

Es así que su última película se inscribe en la ofensiva de Israel hacia el Líbano, al principio de la década de 1980. Un momento de gran importancia para la trama es la noticia de la masacre de Sabra y Chatila, dos campamentos de la ONU en los arrabales de Beirut para refugiados palestinos en Libano entre el 16 y 18 de septiembre de 1982, por parte de la Falange Libanesa y las fuerzas de Israel 3.  

La protagonista, Layal, es una joven maestra palestina, acusada de haber colaborado con la resistencia, habiendo transportado en su coche y socorriendo a un chico herido que se había visto involucrado en un atentado. Condenada a ocho años de cárcel como “partícipe en un acto terrorista”, es llevada a una prisión israelí de alta seguridad para mujeres, donde descubre un mundo terrorífico, en el que las presas políticas palestinas son encarceladas junto a criminales comunes israelís. Es así que se muestra el trato de favor de las carceleras con las presas israelís, la corrupción y el tráfico de influencias, y, en contraposición, la organización, solidaridad y colectividad de las presas palestinas, que llevarán su lucha por la libertad de su pueblo hasta las últimas consecuencias.

En 3.000 noches la cuestión de género, otra constante del cine de Mai Masri, está muy presente. Lo primero que conocemos de Layal al llegar a la cárcel es que acababa de casarse, pues lo primero que pide es hablar con su marido. Su inocencia y subordinación se deja ver en comentarios como “no puedo hacer algo así sin consultarlo con él”, aunque poco a poco se va liberando de la opresión marital. El punto de inflexión es cuando este le pide que aborte, al saberse que está embarazada, y cuando, tras parir sola a su hijo y criarlo junto a sus compañeras de encierro, aparece tras años de ausencia para llevarse al niño a Canadá.  Es así que, a lo largo del film, junto con la toma de conciencia y la progresiva determinación política de resistencia de Layal, nos enamoramos de su liberación como mujer de la figura opresora y egoísta de su marido.

Efectivamente, el cine palestino de Mai Masri da sobre todo la palabra a mujeres y niños, especialmente con testimonios sobre los campos de refugiados palestinos, la guerra civil y la vida cotidiana de una Resistencia que lleva 70 años luchando. Junto a 3.000 noches, otros títulos son Beyrouth – génération de guerre (Beirut, generación de guerra), de 1989, Les enfants de Chatila (Los hijos de Chatila), en 1998, y Rêves d’exil (Sueños de exilio), en 2001.

Desde 1948, más de 700.000 palestinos o palestinas han sido detenidos en cárceles israelís. La fijación de Mai Marsi por los años 1980, a pesar de que la situación perdura, se debe a que esta época es particularmente clarificadora y muestra a la perfección un recorrido de luchas políticas, con avances y pasos atrás. Hoy, los y las presos políticos y criminales comunes, israelís y palestinos, están separados, no como en 3.000 noches, y las formas de escapar de los controles y prohibiciones abusivas al interior de las cárceles o de comunicarse con el exterior son cada vez más complicadas 4. Por eso es una batalla que no se debe olvidar: los y las prisioneras siguen siendo una pieza clave, emblemática y determinante, de la lucha por la autodeterminación del pueblo palestino; y la obtención de su liberación se inscribe en la historia nacional. De hecho, la película termina con la liberación de varias de las presas en 1983, conseguida mediante un intercambio de 6 israelís detenidos por la Organización de Liberación de Palestina (OLP) a cambio de 4.700 prisioneros palestinos y libaneses.

Las películas y documentales de Mai Masri son, en su conjunto, un grito de resistencia, de libertad y de humanidad. El justo equilibrio entre la tensión narrativa y la descripción de las injusticias mediante situaciones cotidianas, adentrándose en la vida de los personajes, no solamente tiene un gran poder de despertar conciencias, sino que es poesía, poesía de calidad. A pesar de lo peculiar de su situación (los espectadores de Mai Masri no conocemos lo que es vivir en un campo de refugiados), son personajes humanos, no son héroes ni heroínas, sino que van modelando su personalidad y su conciencia. Buena técnica: pedir humanidad mostrando humanidad. Y en palabras de la propia directora:

“Quiero que la gente sienta la humanidad y la esperanza, y que tengan un mayor conocimiento sobre lo que ocurre. Aun así, mi objetivo principal es que la gente se sienta inspirada por las historias de los palestinos y las palestinas. Que sientan una conexión con todas esas historias que normalmente no se nos muestran. Con todas las cosas que pasan en el mundo, parece que Palestina ha pasado a un segundo plano.

Aun así, no se trata solo de Palestina; es una historia universal que habla de justicia y con la que cualquiera puede sentirse identificado, sin importar en qué lugar del mundo se encuentre.” 5

 


 

Referencias:

1.” Israel aprueba la construcción de 3.000 viviendas más en Cisjordania”: http://www.abc.es/internacional/abci-israel-aprueba-construccion-3000-viviendas-mas-cisjordania-201701312302_noticia.html

2. “Mai Masri”: https://palestine-fce.ch/programme/annuaire/mai-masri/

3. “Masacre de Sabra y Chatila”:  http://www.palestinalibre.org/articulo.php?a=26288

4.  “Femmes en résistance dans les prisons israéliennes”:  http://orientxxi.info/lu-vu-entendu/femmes-en-resistance-dans-les-prisons-israeliennes,1634

5. “Mai Masri: "3000 Noches habla de justicia universal””: http://www.cafebabel.es/cultura/articulo/mai-masri-3000-noches-habla-de-justicia-universal.html