Comunicado del Fronte della Gioventù Comunista con respecto al 25 de Abril

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25 de Abril, ahora y siempre resistencia.

Este 25 de Abril el Frente de la Juventud Comunista estará en las calles de muchas ciudades italianas.

Aunque para muchos de nosotros no será la primera vez, si que lo será para nuestra organización, surgida hace menos de un año. La juventud comunista tiene hoy el  compromiso de relanzar la idea de la Resistencia que no sea aplanarse al estado actual de las cosas.

Durante años en conmemoraciones institucionales, desfiles de políticos de cada formación, han contribuido a rendir el 25 de Abril como una fecha privada de significado, impregnada solo de falsa retórica institucional, con la pérdida progresiva de los ideales y de los valores que empujaron a decenas de miles de jóvenes a combatir por un futuro diferente.

Hoy, Italia, no es el fruto de la Resistencia, sino su traición. Quién luchó, en muchos casos dando la propia vida no tenía en mente hacerlo por una Italia en la cual la libertad no coincidiese con la justicia social.

La Italia del capitalismo que destruye los derechos de los trabajadores, del futuro negro para los jóvenes, de un sistema político siempre más distante de la masa, no era la misma  idea de Italia que los partisanos querían construir.

Como escribió Eugenio Curiel en Enero de 1945 “Una democracia nueva, capaz de movilizar a las masas en el esfuerzo y en los sacrificios de la lucha por la liberación y de la construcción, no puede ser solo el fruto y el producto de un cambio institucional, no puede satisfacerse en el simple mecanismo de las periódicas consultas electorales, debe traducirse en la actitud y en la participación nueva de las masas en el nuevo gobierno público”. Todo lo contrario de eso que se ha realizado. La Resistencia ha sido traicionada. Al comienzo de la posguerra los cuadros partisanos fueron expulsados del aparato del Estado, donde se volvieron a introducir uno a uno a los fascistas, en la nueva visión de la lucha anticomunista del mundo dividido en bloques.

Detrás de la apariencia del nuevo orden el viejo ha continuado dotándose de sus leyes, sus hombres, preparados para ser utilizados contra los trabajadores y el creciente protagonismo de las masas. Hoy, ante la crisis del capitalismo, se evidencia el fin de cada margen de compromiso con las fuerzas de la burguesía, que se manifestó en la separación total de la clase gobernante del país por las masas, por el aumento de la represión y de la progresiva disminución de los márgenes de libertad conquistados en la posguerra, hoy más que nunca es necesario relanzar los ideales y los valores de la Resistencia, por conquistar nuevas metas.

Durante la Resistencia los obreros defendieron las fábricas de los nazis, que querían destruirlas o desplazarlas por intereses bélicos.

Hoy ocurre lo mismo con la determinación del capital de trasladar la producción a los lugares más convenientes, para aumentar la explotación de millones de trabajadores. Hoy más que nunca resistir quiere decir atacar, relanzando con fuerza la consigna del control obrero en los lugares de trabajo, para defender nuestros puestos de trabajo, expulsando a quién explota. Hoy resistir quiere decir oponerse al proceso de cesión de la escuela y la universidad pública, que los partidos burgueses llevan a cabo por construir un sistema universitario para pocos. Significa reivindicar con fuerza una escuela y una universidad para todos, sin limitarse a pedir correcciones o a llevar batallas de retaguardia.

Resistir hoy significa contraatacar, cambiar sus reglas, y con eso todos aquellos que lo acepten. Por esto no queremos que nuestro antifascismo, nuestra Resistencia sea en ningún modo arrimada a los que se declaran antifascistas, que utilizan tal aceptación en el sentido de la defensa del actual estado, como antifascismo democrático.

Como dijo Pietro Secchia pocos años después, con estas mismas palabras nos dirigimos a ellos: “La Resistencia no os pertenece, no pertenece a grupos conservadores y reaccionarios, la Resistencia ha sido la lucha contra el fascismo y contra los grupos del capital monopolista, contra las fuerzas oscurantistas y más retrogradas de nuestro país”. Quien en estos años ha prometido o apoyado las peores reformas en nombre de los intereses de los capitalistas no tiene nada que compartir con la Resistencia, al menos con nosotros. Esta Italia no es fruto de la resistencia, pero esos ideales no serán olvidados. El sacrificio de tantos no será en vano. El ideal de una Italia libre y socialista vive y siempre vivirá en nuestra lucha de cada día, hasta la victoria.

 

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