Madrid: del heroico internacionalismo y el "¡No pasarán!" al "Bienvenido, Mister Marshall" (y la contrarrevolución)

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Durante las décadas anteriores y posteriores a los años 50 el Vaticano financió en el interior de la República Popular de Hungría diversas organizaciones católicas de oposición a la Hungría Socialista: el Partido Cristiano, la Congregación de María,la Regnum Marianum, etc. En este periodo, bajo la tutela de William Casey, quien más tarde sería Director de la CIA y en ese momento miembro de la Oficina de Servicios Estratégicos de Estados Unidos (organización predecesora de la CIA) y responsable de los asuntos europeos de la misma, se fundó el Comité Internacional de Refugiados, bajo la fachada legal en Europa del llamado "Comité Europa Libre". Su función consistía en coordinar la salida de antiguos dirigentes nazis a los Estados Unidos donde tendrían que ayudar a al Gobierno e Inteligencia norteamericana en la lucha contra el comunismo. Para hacernos una pequeña idea del carácter de este Comité, solo hace falta echar un vistazo a su portavoz: el todavía joven Ronald Reagan.

El citado Comité tenía una sucursal en Hungría, concretamente en el llamado "Comité Nacional Húngaro", presidido por el padre Béla Vargha. Este último Comité, junto con las organizaciones financiadas por el Vaticano anteriormente mencionadas participaron e incentivaron los actos violentos y el intento de golpe de estado contrarrevolucionario en Hungría de 1956.

Si todos estos datos no resultan suficientes, miremos las reivindicaciones de todo ese movimiento aglutinado en el llamado "Frente Cristiano". Resulta entonces que el cabecilla de toda esa intentona golpista contra la Hungría de los obreros y campesinos (por supuesto no exenta de errores), el Cardenal alemán Joseph Pehm también conocido bajo el pseudónimo de Mindszenty, exigía la devolución a la iglesia de todas las tierras(principalmente latifundios) expropiadas y repartidas al mediano y pequeño campesinado en 1945.

En el plano político se reivindicaba y exaltaba el régimen anterior, el del Regente de Hungría Miklós Horthy (entre los años 1920-1944). Dicho régimen conservador, entre otras cosas más, fue por supuesto mucho más democrático y libre que el de la Hungría Socialista, lo fue tanto que incluso adoptó ciertos rasgos del fascismo y colaboró abiertamente con el eje nazi-fascista (en los últimos años la subordinación llegó a ser totalmente abierta).

¿Y qué relevancia tiene esto ahora? Pues resulta que el PP (¿quién sino?) ha propuesto en el Ayuntamiento de Madrid que se construya un monumento "a la revolución húngara de 1956" para recordar "la defensa de las libertades(suponemos que la de los terratenientes). Y como no hay tragedia sin comedia, finalmente "el progresismo" de Ahora Madrid ha decidido apoyar esta propuesta, esta bella oda a la contrarrevolución.

Agarraros que aquí viene el cambio, pero el de máscaras.

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