Ser rebelde es ser revolucionario

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La juventud está inquieta. Muchos están en las calles. El debate político se ha vuelto algo corriente hoy en día en la generación actual de jóvenes brasileños. Este es el legado principal de las protestas que tienen lugar en las ciudades de Brasil. La juventud, hasta ahora educada en el apogeo de la contra revolución, a través del proyecto político y cultural del neoliberalismo- que hace adoración al individualismo, al consumismo y la creencia de que el capitalismo y el  "dios" mercado eran la única alternativa para las sociedades,  no tenían perspectivas o alternativas de transformación social.

Sin embargo, lo que vemos hoy en día en el mundo y en Brasil es la persistencia de históricos problemas sociales, económicos y culturales que afectan toda la población, especialmente a los trabajadores y la juventud. Incluso antes de empezar las protestas de calle, la Unión de la Juventud Comunista en Brasil, coherentemente, había señalado esta contradicción:

                "Hoy, en Brasil (la sexta mayor economía capitalista del mundo), el capitalismo se materializa en los contrastes,  en los problemas estructurales que se profundizan.  La concentración de la tierra en el campo, el alto costo de vida en las ciudades relacionado con la especulación, la seguridad pública que criminaliza la pobreza y los movimientos populares, la falta de priorización de las inversiones en la educación y la salud pública son factos, entre otros, la completa etapa de desarrollo del capitalismo en nuestro país. Esta forma de producción y organización de la vida, caracterizada por la acumulación de capital, no resuelve los problemas básicos y humanitarias de la población mayoritaria. "(Lugar del joven revolucionario en Brasil es construyendo la Unión de Jóvenes Comunistas. Marzo de 2013.)

Hemos dicho que mismo con todas estas contradicciones, los problemas sociales, económicos y culturales de los trabajadores fueron apaciguados por una aparente sensación de bienestar, garantizado por el crecimiento del consumo y, en  el plan político, por el pacto formado entre los representantes de la burguesía monopolista y antiguas organizaciones y movimientos populares, cuyo principal representante es el PT.

Pero ¿cómo se puede vivir sin rebelarse con la política de seguridad pública direccionada al exterminio de jóvenes negros y la gente que vive en  los suburbios? ¿Cómo se puede vivir sin rebelarse ante la falta de prioridad de los gobiernos con la salud, la educación y la vivienda para la población, en contraste con las inversiones exorbitantes en los estadios para la Copa del Mundo? ¿Cómo puedes vivir sin rebelarse con el sistema político poco participativo y con los partidos políticos de esta orden? ¿Cómo puedes vivir sin rebelarse con el aumento de los costos de vida en las ciudades y el discurso oficial del gobierno sobre la aparición de una "nueva clase media"? ¿Cómo puedes vivir sin rebelarse con la ayuda de los gobiernos a los empresarios a través de las privatizaciones, el pago de las deudas públicas y alianza público privada? ¿¡ Y la retirada de las familias trabajadoras de sus casas y el aumento de la explotación de nuestro pueblo!? ¿Cómo se puede vivir sin rebelarse con la política agraria de un gobierno "democrático popular", que se dice solidario a los movimientos sociales, pero que prioriza la expansión del latifundismo y la agroindustria?

La juventud y los trabajadores tienen muchas razones para rebelarse. Y estas manifestaciones son el inicio de un nuevo ciclo de luchas sociales en Brasil. Un periodo en que muchos proyectos de grupos de diferentes clases sociales disputan la dirección del país.

La rebeldía de la juventud y de los trabajadores están en disputa. La incredulidad con las organizaciones políticas, el poder de los monopolios de medios de comunicación, el alto grado de institucionalización y cooptación de los movimientos populares son los legados negativos del último periodo de apaciguamiento y conciliación de la lucha de clases. Sin embargo, es cada vez más claro que los problemas estructurales de la vida de la mayoría de la población brasileña se chocan con los intereses de la expansión capitalista.

Por lo tanto, la Unión de la Juventud Comunista no refuerza ninguna ilusión conciliadora y institucionalizada para responder a los llamados del pueblo en las calles. La salida no es un pacto, pero la construcción del poder popular: el poder político ejercido cada día por la juventud popular y los trabajadores. Sin embargo, reafirmamos el compromiso de nuestra organización con esta estrategia: ¡es el momento de restablecer y hacer masiva la estrategia socialista para la revolución brasileña!          

¡Juventud obrera!, recuerde que la tasa de paro más grande están entre las personas más jóvenes, además es dónde hay las relaciones laborales más precarias. Gran parte de la juventud actual, crece sin la perspectiva de la adquisición de los derechos básicos, como el trabajo formal, y está cada día más sometida a degradantes condiciones de trabajo. La lucha por mejores puestos de trabajo y más derechos hay que hacer correlación con las estructuras organizativas, como la sindicalización juvenil y la creación de las asambleas de los trabajadores en sus lugares de trabajo. En este sentido, vamos realizar en el mes de diciembre en la ciudad de São Paulo el Encuentro Nacional de Jóvenes Trabajadores de la UJC.

La lucha de los estudiantes sin duda tiene que reverberar las demandas de las clases populares en el campo de la educación y de la producción de conocimiento. Por desgracia, en el movimiento estudiantil brasileño, más allá de haber un montón de entidades fuertemente jerarquizada y institucionalizadas como UNE, UBES y UEES, se encuentra en un momento muy reactivo con respecto a la disputa y formulación de proyectos que se oponen la lógica empresarial que prevalece en la educación brasileña,  promovido por todos los niveles del gobierno. La reconstrucción del Movimiento Estudiantil por la base, fortaleciendo los sindicatos y la propia iniciativa estudiantil es más que una bandera de lucha, es la traducción del esfuerzo practico de los comunistas hecho cada día. Con independencia a los gobiernos, autonomía a las organizaciones políticas y la amplitud social, la lucha por una educación y Universidad Popular tiene que ser masiva. Sólo un proyecto educativo vinculado a los intereses de la clase obrera podrá combatir el avance de la mercantilización de la educación brasileña.

En este sentido, junto con los estudiantes independientes, técnicos, profesores, movimientos populares, organizaciones políticas, organizaciones de la clase obrera, proponemos, la organización del II Seminario de Universidad (y educación) Popular, para el año que viene. La lucha por una Universidad Popular tiene que ser una expresión de la lucha de cada día dentro y fuera de la escuela para ser un proyecto de poder popular y anticapitalista para la educación. Por lo tanto, el seminario tiene que ser más directo, desarrollar una dinámica de movimiento nacional, plural y democrático que esté más atento a las luchas de cada día de la clase obrera.

El crecimiento de la UJC ha mostrado un carácter cada vez más plural, lo que impone no solo el debate, sino también la acción política organizada en relación a las cuestiones de opresión, en la lucha contra el racismo, la homofobia y el machismo. Debemos adherir en los movimientos y luchas sobre estas cuestiones, sin olvidar el papel de los comunistas de hacer el debate marxista leninista, fortaleciendo el colectivo Ana Montenegro (para el movimiento feminista) y Minervino de Oliveira (para el movimiento negro).

La lucha de clases no es un fenómeno nacional por eso la lucha internacionalista es muy importante. Por lo tanto, vamos a organizar en nuestros lugares de trabajo actividades, seminarios y espacios de preparación para el XVIII Festival de la Juventud y de los Estudiantes que va ocurrir en diciembre en Ecuador. Es importante divulgar y enseñar la lucha principal del Festival: "La juventud contra el imperialismo, por un mundo de la paz, la solidaridad y transformaciones sociales". Hoy, el imperialismo ataca la vida de millones de personas en Medio Oriente teniendo ahora como escenario la amenaza de un ataque estadounidense contra Siria y, en Brasil, el apoyo de la burguesía brasileña y del gobierno para obtener el control de nuestro petróleo por empresas. Este imperialismo es la expresión política y social de la capacidad que la burguesía tiene de explotar y exterminar  miles de vidas solo para alimentar su ganancia.

 Por lo tanto, es insertándose cada día en las luchas de la juventud trabajadora, de los movimientos populares, internacionalistas, de los estudiantes, en la perspectiva de la construcción del poder popular, que la Juventud Comunista se fortalece como una alternativa revolucionaria para la juventud brasileña. Necesitamos convertir la inquietud y rebeldía de la juventud en una acción política revolucionaria para cambiar de forma radical la sociedad. Sólo así hemos libertar nuestro pueblo de la barbarie del capitalismo. Esta es nuestra tarea histórica y revolucionaria, osaremos luchar y osaremos ganar!

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