La huelga del 21, 22 y 23 ha separado el movimiento estudiantil combativo del movimiento estudiantil oportunista

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La huelga de estudiantes del 21, 22 y 23 de octubre ha marcado una división del movimiento estudiantil en dos partes:  el movimiento estudiantil combativo que entiende cada convocatoria como una oportunidad para organizar al estudiantado y el movimiento estudiantil oportunista al que solo le interesan las convocatorias estudiantiles para mejorar su resultado electoral.

A la cabeza del movimiento estudiantil combativo se encuentran los Colectivos de Jóvenes Comunistas (CJC), con presencia en los sindicatos y asociaciones que han llamando a la lucha en esta convocatoria, y dentro del movimiento estudiantil oportunista se encuentran las organizaciones juveniles de Izquierda Unida, con su plataforma estudiantil Estudiantes en Movimiento, que no ha apoyado la convocatoria e incluso en algunos territorios ha realizado un boicot, además de los cantamañanas de PODEMOS que ni siquiera han opinado de la convocatoria.

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Pocos días después de la huelga estudiantil de los días 21, 22 y 23 de octubre es necesario hacer un análisis sobre las diferentes posiciones que los sindicatos y asociaciones de estudiantes han mantenido acerca de ella.

Como ha podido visualizar con claridad el estudiantado, la única organización política que ha apoyado la huelga han sido los Colectivos de Jóvenes Comunistas, conscientes de que a pesar del origen de la convocatoria (numerosas veces hemos criticado al Sindicato de Estudiantes), era una ocasión excelente para elevar el nivel de las reivindicaciones del SE y, además, continuar estructurando un movimiento estudiantil organizado en cada centro de estudio que permita, fruto del trabajo diario y constante, la creación de un sindicato estudiantil combativo. Éste es el papel de los jóvenes comunistas de los CJC y en este  sentido venimos trabajando  desde tiempo atrás.

Frente a esta posición abierta, PODEMOS e Izquierda Unida, que pretenden dar lecciones de participación y de cercanía con las masas, han mostrado en una despreocupación total ante esta convocatoria y, como en otras ocasiones, sobre todo por parte de IU y su marca estudiantil, Estudiantes en Movimiento, un rechazo a la convocatoria, incluso llevando a cabo un boicot a la misma por parte de asociaciones de base en determinados territorios.

Resulta complicado de entender cómo estas mismas organizaciones, entre las que se encuentra la UJCE, apoyaban una huelga convocada el pasado 8 de mayo, bajo unas condiciones completamente idénticas, y en cambio ahora aparecían como elementos contrarios a la convocatoria, calificándola de precipitada e innecesaria.

Pero entremos a trapo.

¿Qué ha cambiado con respecto a las convocatorias del curso pasado, en las que todo el oportunismo se volcaba en las convocatorias a pesar de su origen? Quizás el movimiento estudiantil no haya cambiado demasiado, pero sí ha cambiado mucho el panorama político general. Sin ir más lejos, hemos de observar que en el 2015 hay elecciones y para las fuerzas oportunistas es más importante obtener un concejal o un escaño que defender en las calles los derechos de la clase obrera y los sectores populares.

Analicemos esta cuestión por partes.

El nuevo adalid del reformismo, PODEMOS, sumido en un proceso interno que les sitúe como la alternativa del dejar todo igual, pese a la multitud de facilidades que la prensa burguesa les concede, no ha dicho absolutamente nada al respecto de la huelga. Si bien es cierto que muchos simpatizantes suyos han participado en las movilizaciones, resulta contradictorio que quienes dicen defender la educación pública, gratuita y de calidad, no secunden las movilizaciones que reivindican esto.

Esta huelga ha demostrado que PODEMOS basa su participación política en las confrontaciones electorales, sin importarle lo más mínimo la organización de la juventud estudiante y de los trabajadores en los centros de estudio y en los centros de trabajo respectivamente. Por tanto, como decíamos anteriormente, nada nuevo bajo el sol. Como la convocatoria de lucha no les aportaba un beneficio político de cara a las elecciones, decidieron no secundarla.

Por su parte, el otro referente del oportunismo, Izquierda Unida, ha demostrado exactamente lo mismo, tal como el PCPE y los CJC venimos denunciando. Su única estrategia es acumular votos para las elecciones y han mostrado su verdadera cara ante esta huelga.

La red Estudiantes en Movimiento, plataforma de IU en el movimiento estudiantil, no secundó la huelga, y, además, en algunos casos como Murcia, Euskal Herria o Aragón, boicotearon la huelga de forma abierta, mostrándose contrarios a la misma en alianza con los movimientos independentistas o incluso el anarquismo.

En otros casos, la posición del oportunismo fue la de calentar motores para convocar huelga el primer semestre del 2015 antes de la campaña electoral. ¿Casualidad? Ninguna. En los años de elecciones los partidos oportunistas tratan de instrumentalizar las luchas de masas para obtener el mayor resultado político. Pero cuando las elecciones pasan, nuevamente vuelven a olvidarse de las luchas y son los comunistas los únicos que continúan la lucha organizando a la clase obrera y los sectores populares.

Es por eso que frente a la postura oportunista, los CJC, desde nuestra humildad y nuestra capacidad de intervención creciente, tratamos de aprovechar cada convocatoria de movilización o huelga estudiantil para denunciar la realidad de los recortes en educación y su origen, que no es otro que el capitalismo y la necesidad que tiene el estudiantado de organizarse desde la base. Este es el motivo por el cual secundamos la huelga convocada por el SE.

Al fin y al cabo, la estrategia de los comunistas es completamente diferente a la de otros partidos. Con nuestra intervención en los conflictos de cada centro de estudios tratamos de ir creando estructuras donde los estudiantes se organicen para que el conjunto del estudiantado se vaya haciendo fuerte en la medida que se une en la lucha por sus reivindicaciones. Es por eso que hacemos un llamamiento a la organización de un sindicato unificado a nivel estatal que reúna la fuerza de todos los estudiantes organizados de los diferentes territorios de España para echar abajo todas las reformas que pretenden acabar con la educación pública.

Un ejemplo de cómo este trabajo va dando sus frutos son el Bloque de Institutos de Madrid (BI-M) y el Front Estudiantil Unitari de Cataluña (FEU Cataluña).

Como decíamos en nuestros carteles: unidos somos fuertes, organizados invencibles.

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