La Conferencia de Rectores de la Universidades Españolas decide retrasar la aplicación del 3 + 2 pero no la rechaza

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"Rebelión en bloque contra Wert" y "bofetada en la cara". Así titula el Mundo este hecho, que se ha desarrollado en asamblea extraordinaria de la CRUE, decidiendo con sólo un voto en contra no aplicar la reforma hasta el curso 2017/2018.

No obstante, más que frenar la reforma, este hecho simplemente la aplaza, por lo que más que una bofetada sería, para gran cantidad de rectores (cuyas actuaciones los estudiantes de sus universidades ya conocen) un guiño al propio gobierno: "criticamos la reforma y la aplazamos, pero la cumpliremos". Al mismo tiempo que salvan el tipo posicionándose en contra de lo que todos los estudiantes y trabajadores de la enseñanza rechazan, aseguran su implantación futura.

Por otra parte, el retraso de la aplicación puede conseguir que los estudiantes no afectados directamente, aquellos que en 2017 ya estarán finalizando sus estudios o los habrán terminado, lo vean como un problema lejano, como una lucha que no es ya suya, ejerciendo de traba y elemento de desorientación para la lucha del estudiantado, que debe comenzar ya, hasta 2017 o hasta donde haga falta. El simple paso del tiempo no cambiará la esencia abiertamente antipopular y antiobrera de la reforma.

Según su presidente, "la CRUE se muestra partidaria de un modelo flexible (que están a favor de aplicarla) pero con una actuación prudente, demorada en el tiempo que permita analizar y cuestionar de una manera razonable la adaptación a un nuevo sistema". El rector de la Complutense (aquél que enviaba a la Policía Nacional a desalojar sus facultades en jornadas de protesta) ha declarado que se trata de "un plante" al ministro Wert.

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