El porqué de las huelgas y los diferentes tipos de lucha estudiantil

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Cuando nos planteamos qué elementos reivindicar en una huelga y con qué combatividad, el movimiento estudiantil tiende a pecar de dos errores, caer en el economicismo o en el izquierdismo, en ambos casos causando un alejamiento de las masas.

Este artículo pretende plantear las claves para una intervención acertada en el movimiento estudiantil. Siempre teniendo la referencia de las masas, pues sin masas ninguna reivindicación se puede llevar a la práctica.

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Cuando planificamos una huelga hay dos elementos que tenemos que tener en consideración, en primer lugar, la perspectiva económica, es decir, la lucha por una reivindicación o en contra de un ataque a la educación. Es muy importante que desde los sindicatos estudiantiles nos centremos en este tipo de reivindicaciones, porque éstas interesan objetivamente a todo el estudiantado obrero y popular y, por lo tanto, hará que los estudiantes referencien el sindicato estudiantil y se integren en él.

Para abordar los temas políticos más generales (no estrictamente estudiantiles), y hacerlo desde una perspectiva comunista, es mejor que se realice desde los CJC; de lo contrario estaríamos dividiendo el movimiento estudiantil y haciendo de nuestro sindicato un sindicato solo de comunistas y por tanto minoritario, dejando de lado a muchos compañeros de lucha muy válidos pero que no se reconocen como comunistas.

El segundo elemento y más importante, las huelgas se tienen que convocar desde la óptica político-estratégica, es decir, las huelgas son herramientas de las asociaciones estudiantiles para luchar por la educación, pero también para crecer, para sumar fuerzas en cada lucha. Si una huelga solo se plantea desde el economicismo, le falta profundidad y se suelen cometer errores fatales.

Aunque también puede ocurrir lo contrario. Una idea que está muy extendida es organizar una huelga en la que cuanto más la "liemos", más caso nos harán. Esto es un error porque causa un alejamiento de las masas, llevando a que nos vean con miedo en vez de como un algo útil para trasladar sus reivindicaciones.

Otro ejemplo parecido al anterior es cuando se cierran facultades a la fuerza con barricadas o incluso amenazas, quizá suene muy bien decir: "se han cerrado 20 centros de estudios", pero de qué sirve si al día siguiente los compañeros de clase ya no te tienen como referente. Da más miedo al enemigo y es más poderoso organizar a tus compañeros que hacer sindicalismo ultra combativo pero sin los estudiantes.

Por otro lado, si no dotamos al estudiantado de asociaciones estudiantiles fuertes y sólo trabajamos desde asambleas de centro, ese rédito organizativo se pierde, y por lo tanto la siguiente lucha la encararemos igual o peor que esta. Por ejemplo en Cataluña durante la lucha contra el plan Bolonia, salieron a la calle decenas de miles de personas, después de esas movilizaciones hubo 3 años de sequía en el movimiento estudiantil. Si entonces hubiéramos tenido una asociación fuerte, en los momentos de reflujo del movimiento estudiantil seguiríamos teniendo sindicalistas trabajando por pequeñas reivindicaciones en los centros, cosa que causa un crecimiento sostenido para que en la siguiente lucha tengamos más fuerza.

Sólo el día siguiente de una huelga tenemos una lista de contactos y de simpatizantes más grande esa huelga habrá sido útil, y más en el momento en el que está el movimiento estudiantil, que está en horas bajas, aunque día tras día nos apliquen nuevas reformas y leyes que son ataques a nuestra educación y que nos echan de los centros de estudios, eso causa que el estudiantado tenga ganas de trabajar en el movimiento estudiantil, pero si no nos ve como una herramienta útil no se incorporará a las asociaciones.

Sólo traduciendo cada reivindicación en organización podremos conquistar una educación pública, de calidad y al servicio del pueblo trabajador, educación sólo posible en el socialismo.

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