- La Universidad de Málaga no puede garantizarles el puesto de trabajo que les permita seguir desarrollando su carrera profesional, docente e investigadora
- La imposibilidad por parte de la Universidad de contratar a más personal también afecta a los ayudantes doctores
Casi cuarenta investigadores de la Universidad de Málaga (UMA) se ven ahora en la calle ante la falta de mecanismos que les permita seguir desarrollando su labor investigadora. «Algunos nos hemos tenido que buscar otro empleo, otros están ya en el paro y hay quien incluso sigue trabajando porque no se puede dejar una investigación a medias o una publicación sin terminar», explica Enrique Machuca, vocal de la Asociación de Investigadores Precarios de Málaga.
La UMA señala que, ante la falta de financiación estatal o autonómica, recurrió a fondos propios para proporcionar a los investigadores afectados un contrato-puente, de seis meses, para el desarrollo de proyectos de investigación. Asimismo, los límites impuestos por el Gobierno a la incorporación de nuevos funcionarios (la llamada tasa de reposición de efectivos, fijada en el 10% durante tres años y este en el 50% del total de personal jubilado) han mermado las plantillas e impide la incorporación de nuevo personal.
El Vicerrectorado de Investigación y de Profesorado de la UMA, tras reuniones con el colectivo, ha manifestado a los afectados la voluntad de modificar el plan propio de investigación para poder ofrecer contratos postdoctorales, como ya ocurre en otras universidades. El colectivo también solicitó a la vicerrectora de Profesorado un esfuerzo en la oferta de nuevas plazas docentes, algo que la UMA no puede hacer sin autorización de la Junta de Andalucía. También se propuso que se permita a los departamentos solicitar plazas por necesidades de investigación, y no sólo docentes, como ocurre hasta ahora.
La precariedad laboral en el ámbito universitario no se limita a los recién doctorados: también afecta a los ayudantes doctores, que están terminando el plazo máximo que la ley permite que estén contratados. La solución que se ha encontrado para este colectivo es la de ofrecerles contratos de interinidad en tanto se autorizan plazas de contratado doctor. Para ser profesor ayudante doctor hay que tener el doctorado y la acreditación por parte de la Agencia Nacional de Evaluación (ANECA). La duración de este contrato es de cuatro años, prorrogable por uno más. Esta ha sido una solución adoptada a nivel andaluz, a la que se ha sumado la UMA.
