Desde el País Vasco hasta Escocia como asistente social

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Hoy en nuestra sección "Explotados por el Mundo" entrevistamos a Markel Pum, un joven de Euskal Herria que ante la falta de expectativas laborales en nuestro país, ha marchado a vivir a Escocia y está trabajando como asistente social.

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TR: ¿Por qué decidiste ir a trabajar a Escocia?

M: Fueron varias las razones que me impulsaron a venir a trabajar a Escocia, la alta tasa de desempleo en España, la oportunidad de mejorar mi inglés y el poder vivir una experiencia nueva en el extranjero. Aun así, lo que tengo claro es que si en España hubiera encontrado un empleo medianamente estable y con un contrato legal, no me hubiera ido. Mi intención es sacarme varios títulos oficiales de inglés para poder ejercer de maestro.


TR: ¿Tienes estudios en España?

M: Si,  estudié Integración Social y después Educación Especial en la Universidad de León. También dispongo del EGA, título que se suponía que te abría muchas puertas para trabajar en Euskal Herria.


TR: ¿A qué te dedicabas en España?

M: Trabajaba dando clases particulares de casa en casa durante el curso escolar. En verano en cambio, trabajaba de camarero en una discoteca en Cantabria. Durante el invierno tenía mucho tiempo libre por lo que empecé a asistir a clases de inglés.


TR: ¿Encontraste posibilidades en nuestro país para encontrar un trabajo de calidad en relación a lo que estudiaste?

M: Desde que terminé mis estudios apenas he tenido oportunidades para trabajar. Recuerdo que al principio me llamaban para alguna entrevista, pero fue pasando el tiempo hasta que dejaron incluso de llamarme, la razón principal era la falta de experiencia laboral. Con la desesperación llegué a plantearme ofrecer mis servicios para trabajar gratuitamente y así poder adquirir algo de experiencia. Recuerdo buscar información al respecto y observé que algunas empresas o fundaciones incluso tenían un proceso de selección para voluntarios ¡Increíble! Creo que eso supuso en mi vida un punto de inflexión, no quería tocar más el fondo… Tenía que tomar una decisión para volver a encaminar mi vida y  por eso decidí marcharme al extranjero.

 

TR: ¿Puedes comentarnos qué tipo de trabajo haces en Escocia?

M: La mayoría de españoles trabajan en la restauración y la hostelería. Los hoteles y los restaurantes son los que más empleo dan a los extranjeros. Yo, en cambio, trabajo de Asistente Social. Preferí centrarme en este tipo de empleo porque está más relacionado con mis estudios y además me da la oportunidad de conversar y poder mejorar mi inglés. Otros trabajos como el de Ayudante de Cocina o el de limpiador de habitaciones apenas te permiten mejorar el inglés.

 

TR: ¿Cuáles son tus condiciones laborales?

M: Las condiciones son lamentables, suelo trabajar entre 35 horas y 40 horas. Pero al final acabo haciendo entre 55 y 60 horas semanales. Toda esa diferencia no me la pagan. Me explico, el trabajo consiste en asistir a personas mayoritariamente de longeva edad que sufren una hemiplejia a consecuencia de un Ictus, es decir un infarto cerebral. Para ello, nos desplazamos a sus casas en pareja y les asistimos durante 4 visitas diarias a cada cliente. Las visitas suelen ser entre 30 y 60 minutos. Cuando terminamos con un paciente nos trasladamos a otra casa para asistir a otro. El tiempo de traslado entre casa y casa no nos lo pagan, tampoco los descansos y el transporte.

Esto supone que haya días de jornadas de trabajo infernales en las que comienzo a trabajar a las 07.00h y termino a las 22.00h. Esos días me pagan entre 8 y 9 horas de las 15 horas que meto. Lo peor de todo es que después de una jornada de trabajo tan dura lo más probable es que el día siguiente me tenga que levantar de nuevo a las 05.30h para poder llegar a las 07.00h al curro.

 

TR: ¿Crees los empresarios se aprovechan de los inmigrantes que vienen de otros países para darles los peores trabajos?

M: Es cierto que los escoceses por normal general son bastante respetuosos con las diferentes etnias y con los inmigrantes. Es un país en el que no tienes porque tener miedo a una posible paliza en la calle o a ningún tipo de insulto racista. Los inmigrantes venimos a hacer los trabajos más duros, los que los escoceses no desean. Tampoco veo alemanes o franceses trabajando en este tipo de trabajo, todos los franceses o alemanes que están en Edimburgo tienen trabajos cualificados. La mayoría de los inmigrantes que vivimos en Edimburgo somos Polacos, Españoles, Italianos, Griegos y Africanos y solemos ser compañeros de trabajo.

El trato fuera del trabajo en general es bueno, pero eso no significa que los inmigrantes no seamos  explotados. ¿Cómo es posible que trabajadores de las cadenas de hoteles más lujosas del mundo como el Hilton o un hotel lujoso como el Balmoral, pague el salario mínimo a sus trabajadores?


TR: ¿Cómo se vive el desarraigo de tu país?

M: Bueno… echas de menos muchas cosas, familia, amigos, etc. Pero lo que más echo de menos es la militancia. Me muerdo las uñas cada vez que veo noticias sobre algo que ha sucedido o está sucediendo, ¡Siento impotencia! Eso me ocurrió sobre todo con la lucha de los trabajadores de Minerplan, me venían muchos recuerdos a la mente de aquellos años de estudiante en la Universidad de León, subiendo todas las mañanas a Ciñera para echar un cable a los mineros. O las últimas concentraciones en Bilbao a consecuencia del mundial de baloncesto, a donde han acudido ucranianos con banderas del partido nazi que está masacrando al pueblo de Donbass y Lugansk.

Al menos, he encontrado un consuelo, se llama Coti, es un gran amigo que he conocido aquí y es comunista. Con él comparto esa impotencia y nos desahogamos mutuamente, aunque siempre es con alguna cerveza de por medio (risas). Ambos sabemos que aunque estemos en el extranjero no podemos quedarnos con los brazos cruzados, así que a ver si sacamos algo de trabajo adelante, no será tarea fácil.  

 

TR: ¿Existe organización sindical en tu centro de trabajo o alguna manera de reivindicar tus derechos? ¿Qué pasa si protestas?

M: Hace poco contacté con un sindicato para revisar si mis condiciones eran legales, la respuesta que me dieron es que desgraciadamente esto era legal en Escocia. La lucha sindical en Escocia y en el Reino Unido en general es bajísima, aunque históricamente llegó a tener una gran importancia, sobre todo en Glasgow. Margaret Thatcher fue la encargada de destruir todo el tejido creado por el movimiento obrero a base de tanques y metralleta. No tuvo ningún reparo en sacar al ejército para reprimir a la clase obrera cuando lo vio oportuno.

Esta gran victoria del capitalismo supuso el entierro del movimiento obrero en Escocia e Inglaterra. El liberalismo salvaje acabó abriéndose paso y por tanto la explotación sin escrúpulos. La clase obrera ahora no tiene como defenderse y menos aún los grupos más vulnerables como somos los extranjeros. En mi centro de trabajo no existe organización sindical a pesar de ser en torno a 50 trabajadores. La negociación con la empresa es individual por lo que es difícil protestar. Aun así yo ya lo he hecho en dos ocasiones, de momento necesitan mano de obra, esa es mi baza.

 

TR: ¿Existen ayudas económicas, de gestión, cursos, etc. a los jóvenes que van a trabajar fuera, bien por parte de Escocia o España?

M: Por parte de España no hay nada o al menos eso creo. Por parte de Escocia sí que existen ayudas, cursos subvencionados, cursos gratuitos, aunque también hay cursos privados. Por ejemplo, un compañero mío de piso, va a poder estudiar un Máster en la Universidad de Edimburgo gratuitamente ya que le han otorgado una beca. Otro compañero de piso en cambio, es electricista y ha tenido que pagar todos los cursos que ha realizado y que necesitaba tener para poder ejercer.

 

TR: ¿Qué experiencias positivas sacas de estar en Escocia?

M: Este tipo de experiencias te sirven para darte más cuenta de la realidad que te rodea y de que la explotación no solo existe en tu país. Que por mucho que nos vendan que Alemania, Reino Unido o los países nórdicos son buenos destinos y que son modelos a seguir, tenemos que saber que estos países no pueden ser garantías de estabilidad  y de libertad para la clase obrera, al fin y al cabo son estados capitalistas que solo sirven a unos intereses, al de los explotadores. El único sistema de garantías para la clase obrera es y siempre será el socialismo. Este tipo de experiencias te lo deja claro.

 

TR: ¿Qué perspectivas tienes de futuro?

M: ¡La verdad es que no lo sé! En principio mi intención es mejorar el inglés, sacarme el “Advance”  y volverme para buscar trabajo de maestro en algún centro educativo. Pero quien sabe, uno ya no sabe las vueltas que puede dar la vida. Hace 5 meses no me imaginaba en el extranjero y ahora estoy aquí, en Escocia, a pocos días de celebrarse el Referendum que marcará el futuro de una nación, en el que se decidirá si Escocia seguirá perteneciendo al Reino Unido o se independizará. Sin embargo, decidan lo que decidan lo que tengo claro es que seguiré explotado.

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