Las promociones o cómo exprimir al máximo a los jóvenes mediante el trabajo temporal

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El trabajo en promociones y eventos es, hoy en día, uno de los pocos trabajos a los que pueden acceder los jóvenes sin experiencia laboral anterior, que dado el altísimo grado de desempleo juvenil, especialmente en la franja de edad entre 16 y 20 años, es un porcentaje muy elevado de la juventud.

Estos trabajos se han visto reducidos debido a la crisis ya que las empresas al ver disminuidas sus ganancias no invierten tanto en promociones a pie de calle con azafatos y azafatas que promocionen la marca mediante empresas intermediarias dedicadas a esa labor.

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La temporalidad en grado extremo

Los trabajos en promociones son una oportunidad para los jóvenes estudiantes para sacarse unos ingresos en sus ratos libres ya que estos trabajos suelen ser en fines de semana y rara vez duran más de 3 fines de semana 4-5 horas cada día. Evidentemente esto para un estudiante puede suponer una cierta propina para sus pequeños gastos pero difícilmente solucionará los problemas de una familia obrera. Hay jóvenes que sí que llegan a percibir ciertos ingresos de manera continúa enlazando unas promociones con otras gracias a tener contactos con las empresas intermediarias que se encargan de estas promociones, pero por desgracia eso supone una gran minoría ya que cada vez hay más jóvenes interesados en estos trabajos y menos promociones en las que trabajar.

Por si fuera poco, además de las escasas horas que se trabajan, cobrar a veces se convierte en poco menos que una utopía y es que por norma general las ofertas de trabajo en este sector salen con muy poco tiempo (en ocasiones dos o tres días antes de empezar a trabajar) y el contrato, en el caso de que te concedan firmar uno, se suele firmar a posteriori de haber realizado la campaña. Aún así si pensáis que tener un contrato firmado, o incluso siendo dado de alta en la Seguridad Social, te garantiza el cobrar las horas trabajadas, estáis completamente equivocados ya que es frecuente que se paguen varios meses después de haber realizado el trabajo e incluso, en ocasiones, no se llegue a cobrar escudándose la empresa en que el trabajador no ha cumplido los cupos de productividad necesarios, un criterio totalmente subjetivo e irreal por parte de la empresa y que es una clara muestra de que los coordinadores que guían a los promotores defienden unos intereses de clase totalmente distintos por mucho que se acerquen a los empleados como si fueran compañeros.

 

Los principios del capitalismo dan una vuelta de tuerca en estos trabajos

Estos trabajos de cara al público son un filón por el cual se cuelan los principios del capitalismo camuflando bajo una máscara de "buena imagen" de cara al público unos criterios totalmente sesgados de cara a la selección de personal. Lo normal es que, junto al Currículum Vitae, te pidan varias fotos recientes en las que se te vea de cuerpo entero, especialmente a las mujeres a las que se las trata como auténticos objetos y frecuentemente se aprovechan de sus ganas de trabajar para imponerles unas condiciones totalmente deplorables, llegando en ocasiones a extremos de pedirles fotos en ropa interior y exigiéndoles que lleven unas prendas provocativas a la hora de trabajar independientemente de que sea diciembre y pasen frío en mitad de la calle con temperaturas bajo cero siendo rechazadas si no aceptan estas condiciones.

Es por ello que vemos en estos trabajos a un gran número de mujeres trabajando que previamente han trabajado en el mundo de la moda y que en su sector tampoco consiguen grandes ingresos debido a la crisis.

Esto no es casual y es que estas empresas son la más pura muestra del parasitismo capitalista, son empresas intermediarias a las que acuden las grandes empresas para hacerles las promociones y éstas se limitan a poner los stands y contratar a la gente por sueldos que a veces rozan lo irrisorio comparado con las grandes ganancias que reciben estas agencias promotoras que buscan mediante una apariencia moderna y con un falso colegueo que cada vez se acerquen más jóvenes para poder imponer las condiciones que ellos quieren ya que si no las acepta uno las aceptará otro ya sea por necesidad de dinero o por pura alienación que le lleve a poder presumir de haber trabajado gracias a su imagen cuando en realidad es todo lo contrario, han trabajado ya que han permitido que se impongan unas condiciones totalmente desastrosas.


Cristian Ferrer es miembro del Comité de Redacción de Tinta Roja.

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