Drogas y juventud: una cuestión de actualidad

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Según diversos estudios y macroencuestas realizadas en los últimos años, el consumo de drogas entre los jóvenes de nuestro país se ha estabilizado, destacando el siguiente titular como haría constar el diario 20 Minutos, a cuatro de junio de 2015: "Los jóvenes españoles, segundos de la UE en consumo de cocaína y cuartos en el consumo de cannabis"1. Este trágico dato nos deja una idea más o menos acertada de la dimensión social del problema de las drogas entre la juventud en general, y entre los jóvenes obreros y de familias populares en concreto.

Y, ¿de dónde partimos para analizar este problema? De los datos y de la dura realidad a la que día a día se enfrentan los jóvenes trabajadores y los estudiantes, a una tasa de paro juvenil situada en el 46,2%, que arrastra a más de 687.0002 jóvenes de entre dieciséis y veinticuatro años a no encontrar empleo. La juventud se enfrenta al problema de la vivienda, a las tasas universitarias y a los continuos recortes educativos, o a la más absoluta explotación de su fuerza de trabajo –mediante la no remuneración de las prácticas– en la Formación Profesional. Este bosquejo de cardinales circunstancias es determinante en la manera en que los jóvenes consumen drogas, su percepción acerca de la dicotomía riesgo/ beneficio y de las consecuencias sanitarias individuales y colectivas en el futuro.

Pero no podemos plantear esta cuestión desde concepciones morales, sino desde la raíz misma del problema: el capitalismo. El consumo de cannabis, alcohol, speed o cocaína es un fenómeno social muy de moda en los últimos tiempos, que nos lleva a preguntarnos por qué es España el país donde más incautaciones de cannabis y cocaína se hacen de toda la Unión Europea3, o por qué la oferta de drogas ha aumentado notablemente desde 2006.

Según el European Drug Report 20153 el porcentaje de población de entre quince y treinta y cuatro años que consumió cocaína al menos una vez en el último año es del 3,3%, dato que con el cannabis se sitúa en el 17%. Ambas cifras son muy similares a las del EDR 2014, lo que nos llevaría a adivinar que el consumo se ha estancado y que los esfuerzos de los Gobiernos y de la legislación comunitaria "son suficientes" para combatir el consumo y el tráfico de estas sustancias.

La cuestión de las drogas ha adquirido tal dimensión que se ha convertido en un problema de salud pública, que siempre ha estado ahí, pero que en ciertos momentos históricos se reagudiza como ocurrió en los años ochenta, con el consumo de heroína que marcó su máxima histórica en el año 1986, con nada más y nada menos que 189 muertes relacionadas directamente con heroína. Y ahora, vuelve. Según un artículo de El Mundo4, desde 2010 serían cerca de 6000 los consumidores de heroína que volvieron a galopar a lomos del caballo, ya no por vía parenteral, pero sí fumada o mezclada con cocaína. Vaya casualidad que este repunte histórico se suceda justo cuando la población parada andaba ya por los casi 5 millones.

Pero, ¿qué consecuencias tienen para la salud de los jóvenes obreros y de familias trabajadoras el consumo de estas nocivas sustancias? En general, las drogas fumadas tienen repercusiones en el tracto respiratorio y digestivo, llegando a provocar desde carcinomas de lengua, boca, faringe, laringe o pulmón hasta enfermedades obstructivas respiratorias como la EPOC. Sustancias como el alcohol tienen un efecto generalizado sobre el organismo, atacando a nivel gastrointestinal (úlceras, alteraciones, cáncer) o incluso a nivel pancreático y al hígado, quien ve mermada su función metabólica por el abuso del alcohol y derivados. Por supuesto, estas consecuencias no son de un día para otro, sino a largo plazo y a menudo sin síntomas aparentes de la enfermedad, pero que por supuesto están ligados al consumo.

Luego de examinar los datos y las aproximaciones históricas del artículo, el lector podrá sacar sus propias conclusiones al respecto, pero analizando la cuestión de las drogas y la juventud bajo un prisma objetivo, que no se remita a la moralidad del consumo, sino a las consecuencias sanitarias y sociales que nos llegarán en los próximos años.


 

[1]: http://www.20minutos.es/noticia/2480455/0/drogas/europa/memoria-emcdda/ (Última consulta el 20 de febrero de 2016)

[2]: http://www.levante-emv.com/economia/2016/01/28/tasa-paro-juvenil-46/1371794.html 

[3]: http://www.emcdda.europa.eu/attachements.cfm/att_239505_ES_TDAT15001ESN.pdf 

[4]: http://www.elmundo.es/cronica/2014/02/08/52f61e2fe2704e587a8b4572.html 

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