Suenan campanas de cambio. Tras medio año de incertidumbre política, de constantes idas y venidas, de pactos y debates, el capitalismo español ha demostrado su incapacidad para generar un nuevo gobierno al servicio de la patronal y los monopolios. Veamos cual es la situación de la juventud de cara al próximo 26J.
Nos encontramos a finales de curso, con muchos estudiantes que ya han acabado las clases y miles de jóvenes trabajadores que no irán de vacaciones este verano por el curro. El agobiante calor estival inunda las ciudades y pueblos de toda España, y para colmo, el 26 de junio hay elecciones generales.
José tiene 23 años y es graduado en Historia por la Universidad de León, lleva un año buscando trabajo y a día de hoy sigue en paro. José se pregunta si todo el esfuerzo académico que ha hecho ha valido la pena. Hace lo que cualquier otro joven: practica baloncesto, sale con sus amigos y se interesa, mínimamente, por la actualidad política del país. Le resultan muy extraños algunos conceptos que escucha en las tertulias y debates, y mirando el televisor, con gran asombro, piensa mientras tanto en que él tan solo quiere un trabajo y ganarse la vida dignamente.
María es una joven madrileña de 19 años, estudiante que hace unos días estaba realizando la selectividad. Quiere estudiar Medicina, una de las carreras con la nota de corte más alta. Ha trabajado muy duro durante todo bachillerato para llegar a esa media, pero también ha tenido que empezar a trabajar los fines de semana ya que su padre se quedó en paro hace cuatro meses y medio. María no quiere saber nada de políticos, piensa que todos son corruptos y que salga quien salga va a seguir todo igual.
Rafa es un joven de 25 años. Durante la adolescencia ha vivido en un pequeño pueblo de Toledo junto a su madre y dos hermanos. Desde pequeño ha compaginado la vida del campo con el instituto, pero cuando acabó la ESO decidió buscar un empleo. Rafa piensa que los jóvenes de los pueblos son los grandes olvidados, y que tienen menos facilidades que los jóvenes de la ciudad para poder estudiar o divertirse. Rafa está muy descontento con el gobierno y no va a votar a nadie, porque en los últimos años la privatización de Cospedal ha dejado a su hermano pequeño sin un medicamento que necesita.
Hemos cogido el testimonio de tres jóvenes de diferente edad, diferentes estudios y vida laboral, diferentes provincias... tan solo tienen una cosa en común: la clase social. Todos ellos son parte de la juventud obrera y popular, sean estudiantes o trabajadores, sean de campo o de ciudad. El 26 de junio se enfrentan a una nueva cita electoral, en la que tendrán que votar por uno u otro candidato, aunque no estén muy seguros de sí lo va hacer bien, pero piensan que hay que darles una oportunidad a todos.
Ni José ni María ni Rafa conocen el programa de Unidos Podemos, Ciudadanos, PSOE o PP, pero afirman estar enterados por lo que ven en televisión y leen en Twitter. Tampoco conocen el programa del Partido Comunista de los Pueblos de España, aunque les pica la curiosidad. Entregamos el programa a cada uno de ellos, y tras un par de semanas, charlamos con todos para ver qué les ha parecido.
María comienza a mostrar interés por los servicios públicos, por la sanidad y la educación. Dice que todo lo que ha leído le gusta y está de acuerdo, pero que va a ser difícil llevarlo a cabo porque siempre ha habido recortes y se han privatizado hospitales y universidades.
José prefiere hablar sobre la UE y el euro. Antes de leer el programa estaba de acuerdo con la pertenencia a la UE, pero desde que lo ha leído se plantea si la Unión beneficia a los jóvenes como él. También nos comenta su gran sorpresa con aspectos de la vida juvenil como el ocio o la salud, diciendo que le gusta que por fin un partido político haga políticas adecuadas para los jóvenes.
Rafa lo ha leído varias veces e incluso lo ha comentado con su madre y sus amigos. Todos los gobiernos anteriores han ido quitando a Rafa y su familia derechos sociales y laborales, pero el PCPE apuesta por medidas de sentido común para los trabajadores jóvenes. No está convencido al cien por cien, pero está muy cerca de votar por los comunistas.
Después de escuchar sus argumentos, les comentamos que todo lo que piensan está muy bien, pero que lo más importante no lo han mencionado todavía: después del 26J la lucha por los derechos de la juventud continúa, y solamente si se organizan podrán cambiar sus condiciones de vida y ganar el futuro.
No suenan campanas de cambio. Suenan campanas de revolución.
