Ucrania gana Eurovisión con una canción dedicada a los fascistas tártaros

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El viejo festival Eurovisión siempre causa revuelo. A veces porque nuevos cantantes de nuestro país van allí a hacer el ridículo, otras por ser un arma de propaganda brutal de la Unión Europea y del anticomunismo más sutil. Cuando todavía serpentea la sangre por Ucrania y Crimea, los ideólogos de la UE no tienen mejor idea que hacer ganar el festival a una canción que habla de los tártaros, colaboracionistas de los nazis, que fueron deportados tras la derrota del nazi-fascismo por parte de la URSS.

Para empezar hay que decir que en Eurovisión, por normativa del propio festival, no se permiten canciones de temática política. Como de costumbre la ley no es igual para todos, y mientras que sería impensable que España participara con una canción llamada "1936" condenando el fascismo, al tribunal le ha parecido del todo aceptable que Ucrania participe con una llamada "1944", llorando a los fascistas deportados. En fin, una inocente canción de un país muy democrático en un momento de paz social absoluta.

La historia, sin entrar en grandes narraciones que escapan a este artículo, es más o menos como sigue. Mucho antes de la revolución bolchevique, rusos y tártaros estuvieron enfrascados en multitud de conflictos; sí, de esos conflictos nacionales o raciales con que las clases dominantes nos mantienen distraídos. Sobre 1917, sectores tártaros fueron armados y ayudados por potencias europeas para frenar el avance del socialismo. Estos factores y el revuelo de la segunda guerra mundial potenciaron que, durante el conflicto, el pueblo tártaro en su mayoría colaborase con el nazi-fascismo. Tras la victoria antifascista, para desarticular las organizaciones extremistas tártaras y evitar la continuidad del conflicto, la mayor parte de este pueblo fue deportado hacia Asia Central, y esto fue planificado por el poder soviético.

Como puede deducirse, no todos y cada uno de los tártaros fueron fascistas, como tampoco lo fueron todos los alemanes: nosotros analizamos los hechos históricos en base a las acciones de masas, a cuestiones históricas y económicas, y no en base a su etnia o nacionalidad.

Volvamos al presente. La Unión Europea necesita por muchas razones -petróleo y gas, por ejemplo- a Ucrania cerca de sus posiciones. Es por ello que, en el conflicto entre pro-rusos y pro-europeos, la UE apoyó y armó a los pro-europeos, cuya vanguardia era, como todos sabemos, abiertamente fascista. Los brutales crímenes cometidos por estas organizaciones en Crimea, Odessa, Donbass y muchas otras regiones contra el pueblo que defendía su soberanía y rechazaba el fascismo, no han sido todavía juzgados, pero desde aquí les mandamos nuestro más profundo odio.

La campaña pro-europea es de unas dimensiones enormes (¡A3media, cultura europea!), y Eurovisión no podía quedarse fuera. Tras pasar los filtros de "no se pueden presentar canciones con contenido político" la cantante Jamala interpretó su canción dedicada a aquel pueblo colaborador del nazismo, llorando su desgracia: ser deportados (no asesinados, como más de uno argumenta). "La humanidad llora, ustedes se creen dioses, sin embargo todos mueren. No robes mi alma, ni nuestras almas. No podré vivir ahí mi juventud, han acabado con mi mundo" dice la cantante, en un intento de dar la vuelta al suceso real: los millones de mujeres y hombres asesinados y emigrados por culpa de la barbarie nazi-fascista, que sólo en la URSS dejó más de 20 millones de muertos.

¿Se refería la honesta cantante sólo a los tártaros inocentes, que tuvieron que sufrir el castigo de sus compatriotas? ¿Acaso su canción condena realmente a los nazis y no a los soviéticos? En una entrevista, Jamala lo explica bien: "me refiero a la deportación de los tártaros de Crimea a Asia Central, el crimen que cometió el gobierno soviético." Las declaraciones del demócrata presidente de Ucrania, Poroshenko, tampoco inclinan la balanza hacia la neutralidad o el progresismo. A sus espaldas cientos de crímenes contra la humanidad, en su boca, frases como "en Jamala habló todo el pueblo de Ucrania" o "como siempre la verdad, ha vencido". Otra perla de la política pro-UE y fascista, el exministro Yatseniuk declaró "Ucrania vence y siempre vencerá. Crimea será ucraniana".

Dicho esto, que no nos cuenten historias. Que Ucrania, en pleno desarrollo fascista, cante una canción sobre colaboracionistas del nazi-fascismo deportados, que gane y que el próximo Eurovisión se celebre allí, tiene un claro objetivo. La UE lanza una idea al mundo, además de que puede manipular y amañar todos los concursos que quiera: Ucrania es Unión Europea, la misma que asesina refugiados, que expolia los continentes y ahoga a los pueblos, que desindustrializa nuestro país y seca nuestros campos. La misma que algunos partidos del "cambio", ¡ay farsantes!, quieren democratizar desde sus arcaicas e inútiles instituciones.

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