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Maxim Gorki y la escritura proletaria

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Ávido lector de Dumas, Hugo, Scott, Balzac, Pushkin, Gógol, o Turguéniev. Cocinero, friegaplatos, zapatero, criado, cazador de pájaros, luego convertido en periodista y escritor. Nacido a orillas del Volga, vivió en el Mar Caspio, en Tiflis (Georgia), en San Petesburgo, se exilió a Capri y pasó largas temporadas en Sorrento (Italia). Su nombre artístico significa "amargo" en ruso. Hablar de Maxim Gorki es hablar de literatura, pero, ante todo, de la concepción del arte y de la cultura proletaria y a servicio de la emancipación de los oprimidos.

“Me considero bolchevique desde 1903, pero jamás me he adherido a ningún partido... Tuve diversas controversias con los bolcheviques y reñí con ellos en 1918; me parecía que serían incapaces de dominar a los campesinos, anarquizados por la guerra, y que, luchando contra ellos, sacrificarían el partido obrero. Pronto me convencí de mi error, y hoy estoy persuadido de que el pueblo ruso, a pesar de la guerra que le hacen los gobiernos de Europa y las dificultades económicas derivadas de ello, acaba de franquear el umbral de su renacimiento.1

Alexéi Maxímovich Péshkov, “Gorki” había tomado contacto con los círculos revolucionarios de la Rusia zarista en Kazan, a orillas del río Volga, antes de pasar a apoyar abiertamente al ala bolchevique del Partido Socialdemócrata, lo que en 1905 significó su exilio. Sin embargo, se trataba de un apoyo no siempre explícito que le valió la desconfianza de muchos. En efecto, la independencia de Gorki fue, en ocasiones, más fuerte de lo requerido por las circunstancias, aunque la cercanía a, entre otros, Lenin, y la confianza que en él tenía el líder político, junto a su desgarradora calidad como escritor, le granjearon una plaza de honor en la construcción cultural del Estado Soviético.

En  una carta privada bien dejaba Lenin claro a Gorki su rechazo a los bamboleos políticos de la llamada Inteligentsia: “El partido se depura de las escorias pequeño-burguesas. ¡Más vale que así sea! El campo de acción estará más despejado para los obreros revolucionarios.”2 Pero, al mismo tiempo, reconocía el gran valor de la presencia del escritor en sus importantes planes: "Está muy bien, muy bien que Gorki se encuentre a nuestro lado. Gorki es un verdadero escritor revolucionario, tiene un talento colosal, no gimotea, no le gusta el lodo de los intelectuales, y eso está bien. Comprenderéis la importancia que tiene que un artista se sume a nosotros, a la causa obrera"3

El papel reservado para la cultura en el Estado socialista procedía de su gran rol durante los años anteriores a 1917, ya que, para los bolcheviques, no era posible el desarrollo de la cultura socialista sin la Revolución, la cual sería heredera del progreso universal. Por eso, obras maestras como La madre, escrita en 1906 hacían de Gorki una pieza esencial en este puzzle. Su historia es largamente conocida, y su lectura, obligatoria.4

"Aquel hombre calvo, gutural, recio, sólido, con una mano se frotaba su amplia frente parecida a la de Sócrates y con la otra sacudía la mía, y en sus ojos sorprendentemente vivos había destellos cariñosos. Me habló inmediatamente de los defectos de mi libro La madre, (...) y yo le dije que lo había escrito con prisas; todavía no había tenido tiempo de darle la razón cuando Lenin, con una inclinación de cabeza aprobadora, me dijo que había hecho muy bien en apresurarme, puesto que el libro era útil, que muchos obreros habían tomado parte en el movimiento y que ahora leerían La madre con gran provecho.

-Es un libro muy actual,

Fue el único elogio que me dirigió, pero fue muy valioso para mí."5

Efectivamente, el gran valor de la obra prerrevolucionaria de Gorki era, precisamente, su actualidad. Su capacidad para narrar las verdaderas condiciones de vida del proletariado ruso, aquello a lo que el pueblo, que en su mayoría ni siquiera podría leerle, se enfrentaba en su cotidianeidad. Gorki habla en La madre de alcoholismo, de machismo, de represión, de precariedad, de pobreza, de explotación, de frustración, respondiendo a lo que, según el marxismo clásico correspondía a una novela socialista:

"Una novela de tendencia socialista cumple perfectamente su misión acordada cuando, por medio de una pintura fiel de las relaciones reales, destruye las ilusiones convencionales sobre la naturaleza de dichas relaciones, derriba el optimismo del mundo burgués, obliga a dudar de la perennidad del orden existente, aunque el autor no indique directamente una solución, aunque, si se da el caso, no tome ostensiblemente partido"6

El 22 de octubre de 1917, en la sesión solemne de la Academia Comunista se pasó a debate la calidad literaria de Gorki, momento en el que se discutió, en los inicios del Estado Soviético, lo que debía ser un escritor es proletario. Entre los criterios, se destacaban sus orígenes, su estilo, o su filosofía, pero había sido el propio Gorki, el más capaz de explicarlo:  Para el escritor, un escritor proletario era aquel que odia "todo lo que oprime al ser humano del exterior y del interior, todo lo que le impide el libre desarrollo de sus aptitudes" y respeta al ser humano "en tanto que fuente de energía fecunda, autor de todas las cosas bellas y todas las maravillas sobre la tierra", aquel que "poetiza el trabajo colectivo cuya tarea es crear nuevas formas de vida".7

Porque, con el triunfo de la Revolución, Gorki siguió con sus idas y venidas, con críticas constructivas a los bolcheviques, a pesar de su intensa relación con ellos. Mucho se ha escrito sobre ello, de su vida durante estos años hasta que pasó a alcanzar la gloria impulsado con Stalin, pero su legado ya llevaba muchos años escritos. Y muchos más seguiría en la cabecera de la búsqueda del ejercicio de construcción de la cultura más humanista, más representativa del pueblo y que más clamaría por su emancipación de todo tipo de opresión:

“-Es humillante, pero no hay que creer al hombre, hay que temerle ¡e incluso odiarle! El hombre se parte en dos  Uno querría solamente amar , pero ¿cómo es posible esto?¿Cómo perdonar al hombre si se te echa encima igual que una fiera salvaje , no reconoce en ti un alma viva y te patea el rostro de criatura humana ?¡Imposible perdonar ! Y no se puede, no por uno, yo soportaría todas las injurias, pero no quiero ser indulgente con los opresores , no quiero que en mis espaldas aprendan a golpear a los demás.”



1Carta de Gorki aparecida en Europa (15 de agosto de 1928). En GOURFINKEL, Nina (1967): Gorki par llui-même. Paris: éditions du soeil

2Carta de Lenin a Gorki, citada en GOURFINKEL, Nina (1967): Gorki par lui-même. Paris: éditions du Seuil.

3Citado en REGA BARCO, José (s/a) "Máximo Gorki o el oficio de ser hombre", Estudio preliminar a La madre. Madrid: Edimat libros, colección Clásicos de la literatura, p.8.


4 Ya fue recomendada en Tinta Roja: http://www.tintaroja.es/cultura/533-la-madre-de-gorki-y-el-inicio-de-un-ciclo-veraniego-de-novela-obrera

 

5GORKI, Máximo (1934): Vladimir Illitch Lenin. Lenin tal cual como era. Paris: Bureau d'Éditions. p.243


6MARX, Karl y ENGELS, Friedrich (1938): Sobre la literatura y el arte. Selección y presentación de Jean Freville. México: Masas. pp.314-315.


7GORKI define lo que es un escritor proletario. En GOURFINKEL, Nina (1967): Gorki par lui-même. Paris: éditions du Seuil.



 



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