Hoy en día la expresión "ser de barrio" lleva implícita una serie de valoraciones sociales no todas positivas. "Ser de barrio" significa para muchos incultura. "Ser de la calle" es ser callejero, término al que enseguida aplicamos un juicio de valor negativo, incluyendo en él, de forma insconciente, una tendencia al alcoholismo, al robo y al tráfico de sustancias o mercancías de forma ilegal. Pero no debemos olvidar que los obreros y obreras que habitan los barrios y que son marginados de la sociedad se enfrentan a unas condiciones materiales específicas.
La cultura en los barrios
Navajeros, los niños perdidos
- 07 Marzo 2015
Navajeros es una de las obras cumbre del género quinqui, que muestra en qué condiciones malvivió aquella juventud obrera recién salida del Franquismo, aquellos "macarras de ceñido pantalón" que, entre idas y venidas del reformatorio, acabaron por convertirse en una suerte de mitos populares para los chavales de los barrios.
En cierta manera la adopción del protagonista, "El Jaro", como icono de muchos jóvenes de barrio de la época se debió a que éste representaba sus intereses como clase social, una juventud lumpenproletaria obligada a lucha por su supervivencia.
El pico, sacándole los colores a la Transición
- 28 Febrero 2015
Si la semana pasada comenzábamos el ciclo de publicaciones sobre la cultura en los barrios con un artículo acerca de la música rumbera de los 70-80, no hemos querido despegarnos tan fácilmente de tan frondoso e interesante universo quinqui: De la música al cine y a través de la película "El Pico" de Eloy de la Iglesia, hasta la representación de la marginalidad, la delincuencia y la crítica social que late en cada plano.