El internacionalismo proletario tiene que pasar por encima de las diferencias étnicas o religiosas y reivindicar la unidad de la clase obrera a nivel internacional. La amenaza del mal llamado "yihadismo" es vinculante a los intereses del imperialismo en su objetivo de monopolizar los mercados mundiales, a la vez que promueve el racismo entre miembros de una misma clase.
.........
Desde el 11 de septiembre de 2001, la población de Europa y Norteamérica se siente continuamente amenazada por el mal llamado "yihadismo", un fenómeno que parece no querer despegarse de las pantallas de televisión y los titulares de periódicos físicos y on-line y que recibe más atención de los medios de comunicación con cada nuevo atentado sucedido en Occidente.
Si hay algo cierto en este tipo de grupos, es el miedo y la inseguridad que causan a la población de Europa y Norteamérica, y tanto el miedo como la inseguridad son increíblemente beneficiosos... pero no para la clase obrera. Sí lo son beneficiosos para los partidos xenófobos, que consiguen un enorme rédito político -especialmente allí donde hay grandes comunidades de población musulmana- explotando ese miedo y asociando a todo musulmán con un terrorista potencial, consiguiendo dividir a la clase obrera, con las consecuencias que ello tiene en el marco de la lucha de clases. Y, por supuesto, sí lo son para aquellas empresas que encuentran en esos territorios, destruidos en nombre de una falsa democracia y libertad en Occidente, un nuevo mercado sin competencia donde lucrarse impunemente.
Los comunistas tenemos una perspectiva muy diferente de esta situación. Desde el momento en que enarbolamos el internacionalismo proletario como una de las máximas por las que regirnos, no nos preocupa en forma alguna el origen étnico ni la religión de los individuos. Entendemos que esas diferencias sólo son anecdóticas, y que la verdadera división entre los individuos se basa en las clases sociales que crea el sistema capitalista. La función del partido comunista y de su juventud como guías del proceso revolucionario ha de ser la unión de los proletarios para organizarse y luchar codo con codo contra la opresión que sufrimos como clase dominada. Es en el calor de esta organización y lucha donde los obreros comenzaremos a despojarnos de nuestros prejuicios culturales -y por extensión religiosos- que heredamos del sistema en el que vivimos, y donde se producirá el primer paso para eliminar las discriminaciones que aún hoy persisten "gracias" al capitalismo.
Descarga el Tinta Roja nº 27
Editorial
- Página 3: Las tres opciones políticas de la juventud
Movimiento Estudiantil
- Página 4: La Educación Socialista
- Página 5: A partir del próximo curso, más LOMCE
- Página 5: 3+2: ¡Quedas expulsado de la universidad!
- Página 6: La APE en Valencia avanza imparable
- Página 6: Una huelga impulsada desde la base
Movimiento Obrero y Sindical
- Página 7: El Partido Comunista llena el Cine Palafox con un mitin obrero
- Página 7: Madrid Río y Coca-Cola, la lucha es una sola
- Página 8: ¿Cuál es la utilidad de la nómina?
- Página 8: Contratos formativos son prácticas para todos
- Página 9: Nuestra propuesta sindical a lo largo de los 30 años de historia
Otros frentes
- Página 10: Ley de In-Seguridad Ciudadana, más represión por protestar
- Página 10: Qué hay detrás del miedo al integrismo islámico
Internacional
- Página 11: Organizar a los jóvenes españoles en el extranjero
- Página 11: Misión de Solidaridad con la Venezuela Bolivariana
- Página 11: ¡Los Cinco ya están libres!
Historia
- Página 12: Los orígenes de la Juventud Comunista (1921-1936)
Formación
- Página 13: Los comunistas, las elecciones y el parlamento
Partido
- Página 14: El PCPE ante las próximas elecciones
Cultura y ocio
- Página 15: La ideología de Los Simpsons, 25 años después
- Página 15: "A este lado de la crisis" de Habeas Corpus, "El estudiante rojo" de Agustín Millares y "Germinal" de Claude Berri
Contraportada
- Página 16: La Juventud Comunista hacemos de la música un arma más de combate