París es conocida como la ciudad del amor, pero también de la revolución, de la bohemia, de la resistencia, de mayo del 68. A pesar de ser un nido de turistas, tras los llaveros con forma de la torre Eiffel en cada esquina y del estereotipo de francés con baguette bajo el brazo, boina y camiseta a rayas, Paris ofrece en cada uno de sus adoquines un pedazo de grandiosa historia. Los estudiantes sesentayochistas decían que tras estos adoquines encontraríamos la playa, los revolucionarios de la Comuna de París los hicieron volar por los aires. A continuación se ofrecen dos nuevas sugerencias de paseos históricos por la ciudad de la luz.
Si visitamos París el 24 de agosto o el 8 de mayo, corremos el riesgo de encontrarnos un impresionante desfile bajando los Campos Elíseos, desde el Arco del Triunfo (Metro Charles-de-Gaulle-Etoile) a la plaza de la Concordia (Concorde). La primera de estas fechas celebra la liberación de la ciudad, tomada por los nazis, por las fuerzas de la Resistencia en 1944. El 8 de mayo se refiere a la derrota del III Reich y el final de la guerra en Europa, una semana después de que el ejército soviético llegase a Berlín.
El Mont Valérien fue el punto elegido por el ocupante nazi para la ejecución de más de 1.000 rehenes, en especial miembros de la Resistencia comunista. Entre ellos, destaca el grupo llamado "Affiche Rouge", compuesto de 22 hombres de distintas nacionalidades que antes de ser fusilados fueron plasmados en un cartel (affiche) anunciándolos como terroristas peligrosos, y que fue distribuido por toda la ciudad. Uno de los miembros del Affiche Rouge era un camarada de la JSU exiliado en Francia, Celestino Alfonso. Para llegar al Mont Valérien, es necesario tomar un tren de la SNFC de la línea Paris Saint Lazare – Versailles y bajarse en la parada "Suresnes-Mont Valérien", durando el viaje unos 20 minutos.
Placa conmemorativa en el Mont Valèrien que recuerda a los fusilados del grupo del "Affiche Rouge"
El Museo de la Resistencia Nacional se encuentra también fuera de la ciudad, en Champigny-sur-Marne (metro Champigny), pero intramuros a podemos encontrar varios lugares de memoria que nos evocan el recuerdo de estos luchadores. En la plaza des Martyrs-Juifs-du-Vélodrome-d'Hiver (metro Jasmin) se encuentra el memorial a las víctimas de la redada de Vel D'Hiv, que sirvió de prisión provisional a miles de judíos que serían conducidos a Auschwitz. Otro de los lugares de la represión por excelencia fue el Fort de Vincennes (metro Château de Vincennes).
Otra de las visitas obligadas en el París resistentes es un paseo por el XIV distrito, el que presenció la entrada de las tropas de la Resistencia en la ciudad el 24 de agosto de 1944. Poca gente sabe que los primeros tanques que entraron en París aquel día llevaban nombres de batallas de la Guerra civil española como Belchite, Ebro, Madrid o Brunete, ya que esta primera división se trataba de la 2ª División Blindada del General Leclerc y a su vanguardia, "La Nueve", así llamada por la mayoría de resistentes españoles en ella. Así, desde el día 19 de agosto, se desarrolló una insurrección popular y se levantaron barricadas ante la llamada del jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Francesas del Interior desde su puesto de comando situado en la calle Schoelcher (Metro Denfert Rocherau). La entrada de las tropas de Leclerc dirigidas por el capitán Drome se produjo por la puerta de Orléans (metro porte d'Orléans) y se dirigieron hacia el ayuntamiento siguiendo el boulevard de l'Hôpital, atravesando el puente de Austerlitz (metro Austerlitz) y siguiendo el quai Henri IV.
Pero, siendo París como es la ciudad de la vanguardia artística, una visita al París revolucionario no puede obviar algunos lugares en los que se forjó la revolución en su faceta cultural. Por ejemplo, en la calle des Grands Augustins (metro Saint-Michel Notre Dame), Pablo Picasso pintó en 1937 el famoso Guernica que luego sería icono de la Exposición Internacional de París en ese mismo año, ubicada en el Palacio de Chaillot (metro Trocadero). Igualmente, los poetas Louis Aragon o Paul Éluard, que durante la Resistencia se reunían clandestinamente en el número 216 del boulevard Raspail (metro Vavin) protagonizaron varias tertulias literarias en cafés como Les Deux Magots (metro Saint Germain-des-Près) o La Rotonde (metro Vavin).
Placa conmemorativa en el inmueble donde Picasso pintó el "Guernica"
Pero tampoco puede olvidarse la huella que mayo del 68 ha dejado en la ciudad. Y es que, a pesar de no tener aparentemente un contenido de clase y revolucionario, las revueltas estudiantiles de estas semanas estuvieron acompañadas por el papel activo que jugaron los obreros en el conflicto. Pues si fueron los estudiantes de Nanterre (RER Nanterre-Université) o de la Sorbonne (Metro Cluny-Sorbonne) quienes prendieron la mecha, la apuesta decidida de nueve millones de obreros en toda Francia detuvieron la producción nacional durante 6 semanas mediante huelgas en las fábricas más importantes del país, como la fábrica Renault en Boulogne-Billancourt (Metro Billancourt)
