"Cuando las palabras se vuelven claras, me centraré en las fotografías. Cuando las imágenes se vuelven inadecuadas, me contentaré con el silencio." Estas palabras son atribuidas a Robert Capa, fotógrafo húngaro reconocido como el inventor del fotoperiodismo moderno, y ejecutor de las más famosas fotografías de la guerra civil española. Ciertamente, la guerra civil en España marcó por siempre su carrera, así como la Gerda Taro, su compañera, y la de Chim, también fotógrafos. Estos tres jóvenes entendieron pronto el significado y la relevancia de este conflicto como lucha antifascista y quisieron estar allí, pero no de cualquier modo, sino en primera línea. De ahí otra de las frases más conocidas de Capa: "Si tus fotos no son lo suficientemente buenas es porque no te has acercado lo suficiente "

Endre Friedmann (Robert Capa) y David Seymour (Chim) habían tenido vidas similares. Judíos de origen e inquietos por el auge del fascismo, se había refugiado a principio de los 1930' en París, donde se conocieron. Sin embargo, sus carreras de fotógrafos comenzaron en la guerra civil española, donde se comprometieron fielmente con la causa antifacista a través del Frente Popular. Años después, ambos murieron con sus cámaras en zonas de conflicto bélicos: Capa saltó sobre una mina en Indochina, mientras que el jeep de Chim fue ametrallado en el Canal de Suez. Bastante antes le llegó su hora a la valiente Gerda Taro, que el 1 de agosto de 1937, con apenas 27 años, fue enterrada en París como una mártir de la lucha del pueblo por la libertad, como la primera fotógrafa que fallecía en la guerra de España. Gerda fue aplastada por un tanque mientras cubría el frente para la prensa comunista francesa, tras haber llegado en el invierno de 1935-1936 a Francia.

Pero junto a Taro, Capa y Chim fueron muchos los artistas, escritores, periodistas, intelectuales extranjeros que decidieron cubrir lo que estaba pasando en España, muchas veces arriesgando sus vidas y sin estar apenas financiados por agencias, revistas o periódicos. El papel de estos corresponsales permitió que en el mundo se conociese la verdad de muchos acontecimientos de la Guerra de España, que si hubiese sido por la censura franquista, no habrían visto la luz. Por eso, el hallazgo de una maleta conteniendo 4.500 negativos de estos tres fotógrafos, de los que se había perdido la pista en 1940, en Ciudad de México sesenta años después revolucionó los estudios sobre esta guerra. Se trata de la conocida como "La maleta mexicana"

La posibilidad de poder acceder a los negativos originales, es decir a las fotografías sin ningún tipo de modificación, de algunas de las imágenes más importantes de las tomadas a lo largo del conflicto, es todo un regalo para los historiadores. Las batallas, la vida cotidiana, el sufrimiento de los civiles, de los niños, de los exiliados, los principales personajes de la época... han podido volver a ver la luz. Dentro de estos negativos, queremos destacar las dos series de instantáneas que el fotógrafo polaco Chim tomó durante 1936 dedicados a Dolores Ibárruri, La Pasionaria. 

La primera se trata de una sesión formal de retratos, probablemente en Madrid, en la primavera y el verano de 1936, de las que brillan con luz propia cuatro imágenes bien conocidas de La Pasionaria y que llegarían muy lejos de nuestras fronteras. Estas fueron publicadas en agosto de 1936, poco después del golpe de estado de corte fascista, en el semanario gráfico francés "Regards", en un especial dedicado a la situación española, bajo el título "una mujer, una militante una jefe". El retrato en portada se caracterizaba por una puesta en escena humilde y fotografías realizadas destacando la posición humana de los protagonistas de los dos lados de la cámara. En esta serie, podemos observar las escalas grises del fondo, el atuendo negro y sencillo de la dirigente, el pelo recogido y una tenue iluminación lateral del rostro, haciendo hincapié en su papel movilizador como símbolo antifascista y cercano al pueblo.

La segunda serie contiene las instantáneas del discurso al Quinto Regimiento en la primera semana de octubre de 1936. La modelo es enfocada desde abajo mostrando al espectador un primer plano en la que podemos verla en plena acción, resaltando su presencia. Los planos generales de Dolores Ibárruri y de su audiencia nos muestran, en efecto, a una de las oradoras más apasionadas del siglo. Tras ella, se observan a algunos de los militares más importantes y más implicados con la causa republicana como Enrique Líster y Vittorio Vitali. En efecto, en el momento en que Chim disparó su cámara ante la mujer, esta era ya reconocida por lo enérgico y sincero de sus discursos, desde que el mismo 18 de julio de 1936, tras conocerse en Madrid la sublevación de las tropas de Marruecos, se había dirigido por radio al pueblo español, con una máxima que se convertiría en uno de principales eslóganes de la defensa de la República: No pasarán. Otros discursos pasarían a la historia y marcarían de raíz a los luchadores de 1936, pero también a sus hijos y sus nietos, como aquel de despedida a las Brigadas Internacionales en Barcelona o el dirigido al Quinto Regimiento retratado por el fotógrafo polaco. 

Referencias:

• BURKE, Peter: Visto y no visto. El uso de la imagen como documento histórico. Barcelona, Crítica, 2001
• PRESTON, Paul: Idealistas bajo las balas. Corresponsales extranjeros en la guerra de España, Barcelona, Debolsillo, 2011
• YOUNG, Cynthia: La maleta mexicana. Las fotografías redescubiertas de la Guerra Civil española de Capa, Chim y Taro. Madrid, Fundación Pablo Iglesias, Vol.1: La Historia