En verano son muchos los artistas que se echan a la calle para mostrar sus habilidades y poder ganar algo de dinero ante la imposibilidad de adquirir un trabajo, pero ¿cuáles son las consecuencias de ello?

En muchos casos los jóvenes practicamos el arte como hobby o forma de vida: pintar, música, circo, teatro, baile etc... Así que nos disponemos a intentar ganar algo de dinero a partir de lo que nos agrada hacer, ya que muchas veces no podemos acceder a puestos de trabajo por falta de experiencia, incompatibilidad horaria por motivos familiares, prácticas o muchos motivos más, e incluso, el salario que percibimos es tan bajo que no da para vivir.

Hoy en día, España es un país donde no se dedica mucho tiempo ni inversión a la cultura, que se encuentra infravalorada; y, como tal, los artistas también lo están, más aún si se trata de arte espontáneo y callejero (como puede ser un músico tocando en el metro, una estatua en las ramblas de la ciudad, un grupo de baile haciendo exhibiciones en la plaza, etc)

Los artistas han invertido muchísimo tiempo y a veces dinero para llegar a tener esas habilidades, para dar un espectáculo que la mayoría de veces gusta mucho al público y éste agradece ver. A pesar de que la mayoría de las veces no está suficientemente valorado económicamente, es satisfactorio ver y notar la sensación del buen ambiente del público.

Los problemas surgen con la ley: cuando no te dejan estacionarte para hacer el show o para ello tienes que pagar unos permisos abusivos que la mayoría de veces ni cubres gastos, y en caso contrario, ganas tan poco por tanto tiempo invertido que prácticamente no merece la pena actuar.

Aparte del elevado coste que supone, también está la burocracia que conlleva cumplir con todas las normas requeridas e incluso tener que pasar un casting para poder actuar.

La excusa es fácil: haces ruido y ocupas la vía pública, por lo que puede haber altercados; pero, claro, si pagas el elevado precio, esos problemas dejan de existir para ellos.

Entonces uno ha de decidirse si arriesgar y poder recibir multas e incluso arriesgarse a la retirada del material usado, como por ejemplo el equipo de sonido, el uniforme o incluso el dinero ganado en la actuación.

Se debe señalar que esto no son casos aislados, con la actual Ley mordaza será más frecuente de lo que ya lo es actualmente; considerando estas prácticas un delito grave con sanciones que ascienden desde los 601€ a 30.000€, una cifra ilógica y desproporcionada. Por ello hacemos pública esta denuncia: basta de abusos a los artistas. En mi caso se nos sancionó con 800€, estando retenido junto a mi grupo de baile de break dance  2 horas y recibiendo grandes faltas de respeto por parte de la policía.

Como personas necesitamos un sustento económico para vivir que no nos facilita el sistema, pedimos que se nos valore, se nos trate bien y que se den facilidades a los artistas, ya que el arte es una forma de expresión para todas las edades, lleno de cultura y que da vida.