Es una buena pregunta, porque saber explicar una corriente artística tan compleja y rompedora no es nada fácil. Además el constructivismo es hijo de su tiempo, y la Rusia de 1918 y su revolución socialista constituyen un profundo cambio en la sociedad del momento. Así que en este artículo intentare explicar un poco por encima este arte tan innovador como incomprendido.
Bien, el Constructivismo es la nueva corriente artística que surge en Rusia a mediados de la segunda década del siglo XX, antes de la revolución soviética, y que critica todo el arte que había hasta el momento. En este sentido sus primeros autores como Tatlin o Rodchenko se enfrentan al estilo artístico anterior, el Suprematismo, que era un arte en el límite de la abstracción, y que sus obras más características son cuadros donde solo encontramos formas geométricas con colores puros, sin profundidad ni perspectiva. Sobre este arte los autores constructivistas van a decir que es el "fin del arte de caballete", es decir de los cuadros, y que a partir de ahora, se debía abandonar la subjetividad de los colores y su composición, y pasar a construir y no a componer o pintar. Su fijación con la construcción se debe a su búsqueda por la objetividad en el arte, dejan de hacer cuadros y pasan a construir estructuras abstractas y lineales, creando espacios tridimensionales. Los constructivistas dan un paso más en la abstracción que estaba experimentando muchas de las vanguardias, y abandonan la pintura. En este sentido no es clara la línea divisoria, ya que el arte pictórico se seguirá desarrollando por muchos autores de la época, aunque siempre con una intención objetivista, y aquí encontramos la complejidad de este arte, ya que es difícil clasificar a todos sus autores y obras.
Estas nuevas concepciones artísticas se van introduciendo en las instituciones de arte y cultura de la URSS, como el INKhUK: Instituto de Cultura Artística, el OBMOKhU: Exposición de la Sociedad de jóvenes artistas y el Primer Grupo de Constructivistas en Acción que se constituyó el 18 de marzo de 1921, con la participación de Rodchenko, Stepanova, el teórico A. Gan, por entonces secretario del INKHUK, los hermanos Stenberg, Ioganson y Medunetski, todos ellos máximos representantes de este arte. Por su carácter rompedor, a los constructivistas se les ha considerado el ala más radical del arte de esta época, los más a la izquierda, enfrentados con los conservadores que no se despegan de la subjetividad en el arte, o de la pintura, que simplemente hacen un arte más prudente. En esta lucha por hacerse con la hegemonía de las instituciones artísticas, en los primeros años de la revolución y hasta mediados de los años 20, son los más radicales los que cooptan estos puestos. Aun así, el mundo artístico de ese tiempo es muy amplio y no debemos pensar en dos corrientes bien definidas, principalmente porque los propios autores evolucionan o cambian su forma de hacer arte, siendo primero más cercanos al arte más tradicional y cambiándose al constructivismo y viceversa. Por ejemplo Rodchenko, además del arte más purista y abstracto de estructuras lineales, desarrollará de una forma espectacular la cartelería y el arte como propaganda, adaptándose a las nuevas ideas marxistas de arte que introducía la revolución socialista.
Ya entrados los años 20, vemos como estas primeras concepciones abstractas del arte como construcción objetiva van a encajar perfectamente en la nueva cultura proletaria (Proletkul't) que se estaba creando en el país. Así es como evoluciona este estilo, adaptándose a la cultura del trabajo, de la producción, de la máquina y la fábrica, dando lugar al denominado constructivismo productivista. En otras palabras, el constructivismo es la expresión formal de la teoría productivista del «arte de la producción», gestada en la Proletkul't. Así, en noviembre de 1921 O. Brik propuso a los artistas del INKhUK realizar «trabajos reales y prácticas en la producción», veinticinco, entre ellos los del Primer Grupo Constructivista en Acción y del grupo OBMOKhU, A. Gan, Babichev, Lavinski, Popova, A. Vesnin y otros, firmaron una declaración en la que se adherían al «arte de producción como valor absoluto y al constructivismo como única forma de expresión».
En este momento podemos empezar a hablar de dos constructivismos plenamente formados: el constructivismo inicial, que vemos en las obras iniciales del Primer grupo Constructivista en Acción, que se centrará más en la estructura alejándose de utilitarismos, conocido como arte de laboratorio, y que perderá importancia dejando paso al segundo tipo, el constructivismo productivista, que recaerá más en la finalidad formal y en la finalidad externa o utilitaria adherida a la vida, es decir, principios de carácter material-formal, relacionados con la ciencia y la técnica. Ahora, el constructivismo está mejor definido que en la etapa anterior donde la lucha con las reminiscencias de otras tendencias y vanguardias lo hacía más difuso y difícil de clasificar. Todo esto, no significa que a partir de ahora, no tenga el carácter vanguardista y rupturista, y que no continúe siendo difícil clasificar y estudiar como arte.
Ya para terminar este artículo, creo oportuno describir una obra constructivista productivista que posee claramente un carácter utilitarista, y tiene una función bien definida, el escenario de la obra "El Magnífico Cornudo", de Commelynck (1922). El diseño de Popova del espacio escénico consistía en marcos de paneles, plataformas unidas por peldaños, rampas y pasarelas, todo ello uniendo a discos y ruedas que se movían recordando los engranajes de las maquinas industriales, a un molino de viento o a una instalación no definida, pero generadora de energía y movimiento.
Bibliografía: Summa artis. Las vanguardias históricas y sus sombras. La vanguardia rusa tras la revolución de Octubre (1917-1921).
