El pasado 26 de septiembre la represión del Estado mexicano contra los estudiantes de Ayotzinapa terminó con 43 estudiantes desaparecidos, algunos de los cuales han aparecido muertos y se teme que el resto hayan corrido la misma suerte.
Este suceso represivo, bastante común en el país debido a la connivencia de las fuerzas paramilitares con el gobierno, ha sido la chispa para toda una serie de movilización estudiantiles, obreras y populares que desembocaron en una huelga el 22 y 23 de octubre y otro paro de 72 horas durante estos días, en los cuales ha estado presente la Federación de Jóvenes Comunistas de México.
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Como joven que vives en España, probablemente ni siquiera conozcas este trágico suceso de finales de septiembre. Los grandes monopolios de la comunicación de nuestro país, con intereses directos en Centro y Suramérica, en este caso en connivencia con el gobierno mexicano de Peña Nieto han ocultado concienzudamente la desaparición de los estudiantes, así como el torrente movilizador que le ha sucedido exigiendo la presentación con vida de todos y cada uno de ellos. Llama poderosamente la atención este silenciamiento frente al bombardeo continuo de desinformación acerca de los procesos progresistas de América Latina, especialmente contra Venezuela y contra la Cuba Socialista.
El suceso que nos ocupa tiene su origen en unas movilizaciones estudiantiles que nacen en el Instituto Nacional Politécnico y la Escuelas Normal Rural contra el gobierno de Peña Nieto (Partido de la Revolución Democrática), cuyas reformas educativas buscan adaptar el sistema educativo a las demandas del mercado laboral y ofrecier mano de obra más barata y menos cualificada para beneficio de los grandes monopolios.
Estas justas movilizaciones fueron reprimidas a sangre y fuego en Ayotzinapa, Estado de Guerrero, el día 26 de septiembre. Para ello, el gobierno del criminal Ángel Aguirre Rivero recurre a grupos paramilitares, cuya intervención se salda con 43 estudiantes desaparecidos hasta la fecha.
Sin embargo, lejos de acallar las reivindicaciones de los estudiantes, la rabia prendió una chispa que se extendió por todo el país, organizándose numerosas manifestaciones y dos días de paro nacional estudiantil, el 22 y 23 de Octubre, coincidiendo curiosamente con la Huelga de Estudiantes convocada por el Sindicato de Estudiantes en España, pero con diferencias fundamentales, principalmente que los paros fueron decididos en Asambleas en campus, facultades e institutos y con una vocación clara de hacer vencer sus reivindicaciones.
En una jugada de trileros, el aparato político del Estado trató de acallar los clamores de justicia y venganza señalando al gobernador del estado de Guerrero, Ángel Aguirre que se vio obligado a dimitir. Sin embargo, los estudiantes no se han dejado engañar por este intento de lavado de cara, señalando a responsabilidades superiores y denunciando el aparato paramilitar que ha causado miles de muertes en México en los últimos años. Al grito de "¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!" cientos de miles de estudiantes se han lanzado a las calles en estas semanas.
Durante las semanas posteriores se han sucedido de nuevo asambleas y durante estos días se han lanzado a un nuevo paro nacional estudiantil de 72 Horas.
La lucha de los estudiantes ha despertado el más amplio apoyo de la clase obrera y los sectores populares mexicanos, que sufren cada día condiciones de vida más penosas al tiempo que México y sus monopolios avanzan posiciones en la cadena imperialista. El paramilitarismo, lejos de ser combatido por el Estado, surge de las cloacas del mismo y tiene una relación muy estrecha con los cárteles de la droga que gozan de una cierta comodidad, formando parte del entramado estatal con funcionarios policiales, judiciales, militares y por supuesto políticos a su servicio. Es el momento de que a las reivindicaciones por la presentación con vida de los estudiantes desaparecidos se sumen nuevas reivindicaciones con una profunda orientación clasista, que permita traer a primera línea la lucha el debate entre el capitalismo que nada tiene que ofrecer para el pueblo trabajador mexicano y la salida revolucionaria.
Es por ello que hemos dejado para el final, pero no por ello menos importante, el papel de actor protagonista que ha jugado el Partido Comunista de México y la Federación de Jóvenes Comunistas de México en estas movilizaciones, en la primera línea de combate, en las barricadas para avanzar la movilización y en las asambleas para avanzar en la orientación revolucionaria de las reivindicaciones, denunciando el papel cómplice de la supuesta "izquierda", firme aliado de los monopolios en su intención de confundir a la clase obrera.
Nuestros camaradas saben demasiado bien de la represión del Estado mexicano, con los 5 muertos de Coyuca y el asesinato de Raimundo Velázquez Flores el año pasado. Por eso dicen abiertamente a los compañeros estudiantes y de otros sectores que la represión es consustancial al capitalismo y que solo la organización de las fuerzas clasistas permitirá la victoria definitiva de la clase obrera y la construcción del poder obrero y el socialismo-comunismo. Desde nuestro profundo internacionalismo coreamos con el pueblo trabajador mexicano, por nuestros muertos, ni un minuto de silencio, toda una vida de combate.
Pincha en la imagen para ver el vídeo realizado por la FJC en solidaridad con los compañeros normalistas de Ayotzinapa.
