• Las Administraciones estatal y autonómica rechazaron autorizar la ayuda a la joven porque la actividad laboral de sus padres producía un rendimiento de más de 4.000 euros.
• La joven tiene un 8,6 de media y sobre su familia pesa una orden de desahucio

Yasmina Resurrección es estudiante de tercer curso de Publicidad y Relaciones Públicas en la Universidad de Málaga y ha decidido colgar un vídeo en la red para explicar su historia y denunciar la privatización de la universidad pública. Solicitó la concesión de una beca a través del Ministerio de Educación, que el Estado y la Junta de Andalucía le han denegado de cara al presente curso porque según la declaración de la renta, la actividad laboral de sus padres produce un rendimiento de 2.800 euros cada uno.

Los padres de Yasmina regentaban un negocio de cortinas. Ahora su madre limpia una academia dos veces por semana y frecuenta mercadillos de segunda mano para poder subsistir. Mientras, su padre se encuentra en el paro. La familia de Yasmina se enfrenta también a un proceso de desahucio que podría dejarles en la calle.

La denegación de su beca contrasta violentamente con el expediente académico de Yasmina: cuenta con un 8,6 de nota media y cosecha ya 7 matrículas de honor. La orden de ejecución hipotecaria que pesa sobre su familia le impide seguir estudiando, ya que no tiene recursos para continuar sus estudios. Pese a todo esto, la Junta de Andalucía le ha denegado dos veces la beca, alegando que tiene patrimonio, el mismo que le intentan quitar por no poder pagarlo.

Su situación, como ella misma dice, es como la de tantos otros jóvenes actualmente. Una situación que es la consecuencia directa del expolio de la educación pública por parte del capital, a toda costa, para obtener un beneficio económico que le permita salir de la crisis.

"¿Educación pública? Esto es privatización de la educación. Si seguimos así, solo los ricos van a poder estudiar", es una de las reflexiones finales de Yasmina en su vídeo. Y es que su caso es un ejemplo evidente de la elitización de la educación, donde los méritos académicos parecen ser irrelevantes, y nos muestra una vez más que los recortes provocados por el capitalismo en la educación pública no hacen sino empeorar la situación del estudiantado de extracción obrera y popular, hasta llegar incluso a negarle la oportunidad de estudiar.