Durante estos primeros días de junio, miles de jóvenes se presentarán a las pruebas de acceso a estudios universitarios popularmente conocidas como "selectividad". Estas pruebas que serán realizadas por los estudiantes que aspiran a conseguir una plaza en la carrera que desean cursar también esconden y a veces incluso enseñan abiertamente su inclinación a la disgregación del alumnado por clase. Al igual que en la mayor parte de las facetas de la educación dentro de este sistema, no todos somos iguales ante la selectividad.
Según vamos viendo, año a año el número de estudiantes que se presentan a las pruebas de selectividad va disminuyendo. Progresivamente, las tasas universitarias aumentan y las plazas disponibles en las carreras se recortan. Este empeoramiento progresivo de la educación, estos constantes ataques son enmarcados en la ofensiva de los intereses capitalistas en el ámbito universitario y preuniversitario, en los intereses por conseguir beneficios para esa minoría explotadora que necesita abrir y ampliar nuevos mercados.
El sistema educativo español, al servicio de los intereses de los capitales monopolistas y bajo el mandato de la Unión Europea, continua con la disgregación por clase social. Nuevamente los jóvenes de extracción obrera y popular se ven recluidos en institutos de segunda clase. No existe únicente diferencia entre centros privados y públicos, dento del abanico de escuelas públicas, mediante leyes como la LOMCE se va acrecentando la discrimimación por clase social; mientras los centros de zonas más populares son masificados y en muchas ocasiones descuidados, los centros donde la extracción del alumnado es más acomodada se ven instalaciones nuevas, bien equipadas y de mayor categoría. Obviamente las condiciones en las que se realizan los estudios por los jóvenes de la clase obrera en institutos con las deficiencias antes citadas son peores, el capitalismo nos condena a ello, habría que agradecer, incluso, que se nos de la oportunidad de asisitir a una clase destartalada, sin calefacción y con casi 40 alumnos. Esto no es retórica, estos casos existen, además no es que sean pocos.
Por si fuera poco el hecho de que seamos separados en centros de mejor o peor calidad según la clase social, en lo concreto de las pruebas de acceso a la universidad podemos ver reproducido este esquema: a la hora de escoger la universidad, en la misma selectividad se ve quienes son los que mandan, cual es la clase beneficiada por este sistema. Para entrar en la privada es suficiente con tener un aprobado en las pruebas y pagar la matrícula. ¿No está premeditado el que para optar a un título universitario exista cola rápida? Es decir, que pagando miles de euros y teniendo peor nota consigas un título con el mismo valor que el de cualquier universidad pública. Así, la selectividad se convierte en una prueba concluyente, donde se necesitan conseguir altas notas para unos y prácticamente en un trámite burocrático de papeleo para otros, ya que con sacar un 5 les basta. Con esto no se quiere decir, ni mucho menos, que para entrar a la universidad no se deban exigir en los estudiantes ciertas aptitudes académicas, pero el hecho de que haya una entrada a base de esfuerzo y otra "VIP" con solo sacar el talonario es algo que en el sistema educativo al servicio del pueblo trabajador, en la nueva sociedad que aspiramos a construir no pasaría, no puede pasar.
De todos modos es de destacar que bastantes familias de extracción popular envian a sus hijos e hijas a estudiar a la privada. Estas familias, impulsadas por el mito del mayor prestigio y utilidad de la escuela privada y la universidad privada, se dejan los riñones en pagar un dinero que no les sobra con tal de dar la "mejor" educación posible a sus hijos. El mito de que lo gestionado por manos privadas es más efectivo, de mayor calidad y más útil es otro cáncer más a extirpar, otra mentira que vierten sobre nosotros con tal de justificar su actuación.
La selectividad es un tornillo más que engrana la maquinaria capitalista de "apartheid" clasista en el ámbito estudiantil. Maquinaria que ley a ley, Bolonia a Bolonia, LOMCE a LOMCE la oligarquía va perfilando con asombrosa exactitud según sus intereses.
Solamente nos queda la unidad como estudiantes de extracción obrera y popular, así como la unión como clase en conjunto. La selectividad al igual que muchas otras deficiencias de este sistema educativo al servicio del capital, se irán superando a medida que avancemos hacia la superación de esta dictadura de la UE y la oligarquía. Este sistema educativo, al igual que el capitalismo, será desechado en el basurero de la historia, una educación por y para el capital no debe tener otro destino, esto hay que tenerlo claro.
