tintaroja.es


Síguenos en:

rss

Instagram CJC

YouTube
en Facebook
en Twitter

Jue18042024

Última actualización09:36:03 AM GMT


Insumisión o dimisión: porque sólo se puede estar con un poder

  • PDF
Usar puntuación: / 0
MaloBueno 

CJC Somosaguas (Madrid)

Este jueves 11 de octubre, con motivo de la Jornada de Movilización en defensa de la educación pública que se desarrolla en todas las universidades de Madrid y la jornada de huelga que se dará en diferentes regiones del Estado, la asamblea del campus de Somosaguas ha decidido desarrollar una campaña de denuncia de los culpables de los recortes bajo el lema “Insumisión o dimisión”. El comienzo de esta campaña se dará el mismo 11 de Octubre en el campus, exigiendo a los diferentes decanos y jefes de órganos de gobierno de las facultades y escuelas del campus su insumisión ante las diferentes medidas antiobreras y antipopulares que destruyen la educación pública expulsando a las hijas e hijos de la clase trabajadora de la Universidad y empeorando las condiciones laborales de  los y las trabajadores de las diferentes facultades (sean estos docentes o no docentes y sin importar si son personal que responde ante la universidad o ante una subcontrata), prologándose al Lunes 15 de octubre ante la presunta visita del rector Carrillo al Campus de Somosaguas.

La campaña podría parecer anecdótica o una simple campaña de denuncia más, sin embargo, ¿qué vínculo podemos encontrar entre la consigna que obliga a elegir a esta gente entre la insumisión y la dimisión y el proyecto de construcción de una nueva sociedad?

La consigna y, por lo tanto, las acciones que van a emplearse en la dirección de obligar a los diferentes equipos de gobierno a declararse insumisos o presentar su dimisión van en el camino de señalar la coexistencia de poderes que son irreconciliables. Mientras, por un lado, la clase de los empresarios y banqueros aplica las diferentes medidas para recuperar su tasa de ganancia, utilizando como fichas en un juego de ajedrez a sus diferentes extensiones en los diferentes órganos e instituciones creadas para satisfacer sus intereses; por el otro, la juventud trabajadora y de extracción popular crea sus propias herramientas para organizarse, articular la lucha contra estas medidas y como contrapartida empezar a definir los objetivos de, en primer lugar, qué tipo de educación quieren y, por consiguiente, qué tipo de sociedad aspiran a construir. Unos aplican las medidas en su interés, mientras que los otros desarrollan diferentes formas de resistencia con la posibilidad de transformar esta lucha defensiva en una aspiración de cambio revolucionario de la educación y, por lo tanto, de manera inevitable, también de toda la sociedad. La primera manifestación responde al ejercicio del poder de la gran oligarquía financiera, el poder de los empresarios y banqueros ejercido mediante su legislación, su policía, sus órganos de gobierno en las diferentes instituciones universitarias, etc; mientras que la segunda muestra las señas del nacimiento de un nuevo poder aún en construcción, aún en nacimiento, que aspira a establecer su hegemonía y a imponer la coacción de la justicia para la mayoría, un poder obrero y popular que se ejerce en el seno de los centros de estudios mediante las asambleas de estudiantes y las asociaciones universitarias. Éstas no pueden actuar espontáneamente y sin una dirección definida sino que tienen que hacerlo conscientes de cuáles son sus intereses de clase, transformando las aspiraciones de la “clase en sí” (conciencia de qué clase se es y asimilación del papel que juega en la sociedad) en “clase para sí” (conciencia del papel revolucionario que, como clase, debe jugar en la superación de un modo de producción basado en la explotación de un puñado de personas sobre la inmensa mayoría). Ésta es una labor de elevación de conciencia que debe desarrollar la organización revolucionaria introduciendo la ideología del Socialismo Científico entre la mayoría del estudiantado permitiendo así que éste se dote de las herramientas necesarias para enfrentar la lucha y vencer.

No es pues anecdótico que el estudiantado de Somosaguas obligue a todos estos equipos de gobierno universitarios a elegir. Las luchas muestran cada vez más a la mayoría de los estudiantes de clase obrera y extracción popular que los dos poderes no pueden convivir y que ni hay lugar para el consenso entre intereses antagónicos, ni hay espacio para la neutralidad en una realidad desgarrada desde la raíz por la contradicción entre los explotadores y los explotados. Esta consigna y su asimilación es, en realidad, el comienzo de la ruptura en la concepción del estudiantado movilizado de la doctrina del “Pacto social” y el “consenso entre clases”. La actual crisis estructural del modo de producción capitalista ha mostrado las contradicciones existentes en su forma más agudizada. Ante esta situación la juventud obrera y de extracción popular tiene que elegir si rendirse o luchar por la construcción de una nueva sociedad. Nuestros decanos y rectores aún tienen una última oportunidad de que la historia les absuelva: declararse insumisos, romper con el poder burgués y ponerse de lado de la construcción del emergente poder obrero y popular aprovechando su temporal posición “privilegiada” para fortalecerlo. Si no lo hacen no valdrán de nada las aparentes “buenas intenciones”, no valdrán las soluciones aparentemente intermedias, no valdrán los “parches” y no valdrán las etiquetas fundadas en el progresismo y en la hipotética “izquierda”. Si no se declaran insumisos y se suman a la construcción del nuevo poder están colaborando y alargando la pervivencia del viejo y corrupto poder burgués, no podrán más que aspirar a sofocar y reprimir las luchas de una clase obrera y un estudiantado que no permitirá que destruyan la educación pública y las condiciones laborales que tanto les ha costado conseguir. Tendrán el honor, a lo sumo, de firmar el contrato de venta de la última de las facultades o ganarse la exclusiva de ser el último en echar el cierre a los derechos conquistado por las mayorías trabajadores en este ámbito.

Si no se declaran insumisos no podrán esconderse tras una máscara de aparente “neutralidad” y en esta lucha imparable que solo puede beneficiarnos con la victoria se convertirán en un enemigo a batir. En un enemigo al que denunciar y del que exigir su dimisión. Porque la sociedad se rompe en dos y del poder burgués sólo queremos que dimita, y que lo haga para siempre de su tarea de condenar a la humanidad a la cruel dictadura de la explotación, el pillaje y la miseria.

AddThis Social Bookmark Button

Enlaces

 

Campañas de la Juventud Comunista

mos   luchar

Síguenos en Twitter


Síguenos en Facebook