El pasado mes de Junio, RENFE ofertó 156 puestos de trabajo a los cuales se presentaron un total de 12.570 solicitudes. Puesto que de momento es una empresa pública no es de extrañar que tal avalancha de candidaturas se sucediera ya que por lo general se asocia el sector público a un empleo indefinido con en el que poder agarrarse a un futuro que a la mayoría de la juventud trabajadora nos viene negro.

Aun a pesar de lo anterior, la oferta de trabajo era para contratos de prácticas y de obra y servicio. Durante la confección de las bases de contratación, las condiciones de acceso fueron endurecidas para evitar la avalancha de candidatos a sabiendas de la dirección y denunciado por los sindicatos.

De acuerdo con requisitos pedidos en anteriores contrataciones, es la primera vez que se exige una antigüedad de dos años para poder ser preseleccionado. Esto impide a muchos jóvenes sin experiencia poder acceder al empleo, es imposible que un recién titulado pueda tenerla si acaba de terminar los estudios... Los contratos de prácticas no tienen la exigencia de dos años de experiencia previa. Los sindicatos esperan que finalmente estas contrataciones se conviertan en indefinidas, pero los presupuestos generales para 2015 fijaron que no se repusieran nuevos puestos para las empresas públicas, así que esta ha sido la forma precaria de contratación es la que han encontrado.

A la medida de contar con dos años de experiencia se le suma que antes de ser preseleccionados para próximas convocatorias, a los solicitantes se les reclama que compulsen ante notario los títulos demandados en las ofertas de empleo. Eso ya exige de entrada un desembolso previo de unos 40€ para los candidatos al puesto.

Las 75 plazas, todos contratos de prácticas y de obra y servicio, se reparten entre las divisiones de RENFE Fabricación y Mantenimiento y RENFE Viajeros principalmente, con 48 y 26 puestos respectivamente. Muchos trabajos van destinados a Madrid, un buen número a los nuevos talleres de mantenimiento de Valladolid e incluso hay alguna plaza en Arabia Saudí.

Podemos deducir que todo esto es consecuencia del proceso de privatización que se está llevando a cabo en RENFE y que culminará en poco tiempo en tanto den el visto bueno a que se introduzcan nuevas empresas en el sistema de transporte ferroviario ADIF (previstas negociaciones en 2016) a no ser que se luche por un sistema ferroviario público y de calidad. Sabemos de sobra cuáles son las consecuencias de las privatizaciones para la clase trabajadora: despidos, nuevas contrataciones precarias (temporalidad, flexibilidad, etc), en definitiva, beneficio solo para la burguesía.