Habitualmente observamos la indignación que la represión causa entre la juventud. Debido a la crisis, hay muchos jóvenes que están abriendo los ojos ante los hechos políticos que acontecen. ¿Pero la represión es algo nuevo o ya existía siempre? Por ejemplo, en Euskal Herria la juventud ha sido constantemente perseguida mucho antes de esta última crisis. Entonces ¿cuál es el origen de la represión? ¿Las crisis económicas o el propio capitalismo?
El capitalismo no da más de sí, está agotado. Este sistema agonizante no tiene nada que ofrecer a la clase obrera y al pueblo excepto constantes ataques a los avances que tanto han costado conseguir. Cada pequeña victoria de la clase obrera o del pueblo, a la burguesía le supone perder beneficio, por ello, y más en este momento en el que necesitan recuperar su tasa de ganancia, recurren como siempre a la represión contra el movimiento obrero y popular incluyendo la juventud organizada.
Esta represión impulsada por los intereses de los capitales monopolistas no son nada nuevo en este mundo, en este país cualquier atisbo de juventud organizada y consciente es reprimida por el Estado capitalista de todas las formas posibles, ya que, podríamos decir, la represión aparece allá donde se desarrolla una lucha que al abarcar a amplias capas, en este caso de jóvenes, de extracción obrera y popular pone en un aprieto el dominio burgués.
Cuando la clase dominante ve peligrar su hegemonía ideológica, política y económica, aunque sea mínimamente, responde de manera desmesurada, utilizando cualquier medio con tal de restablecer su orden público y mantener su paz social.
En Euskal Herria ha quedado patente que el hecho de organizarse como joven, bajo la recurrente premisa del "todo es ETA", es un grave delito, y en este sentido han desarrollado un siniestro engranaje que completa un terrorismo de Estado, llevado a cabo sin ningún pudor en el pasado mediante los GAL y el plan ZEN por ejemplo o con las prohibiciones y macrojuicios hoy día. Este sistema moribundo y sus gestores no se pueden permitir que a sus ya difíciles contradicciones se les sume una juventud organizada que no agache las orejas. Una juventud que haga frente a sus aspiraciones de más explotación para la mayoría en aras de mayores ganancias para unos pocos. La experiencia práctica vivida en Euskal Herria durante los últimos años es muy significativa en el sentido que nos muestra la cara más oscura de las prácticas represivas que impulsa la clase dominante para mantener su poder. Esta es, podríamos decir, la naturaleza misma de como reacciona este sistema supuestamente democrático ante las exigencias del pueblo trabajador, una naturaleza despiadada y egoísta, la cual solo busca el beneficio de unos pocos a base de explotar a la inmensa mayoría. Es la dictadura del capital en su máxima expresión, y tengámoslo claro: morirá matando. Vemos además que la represión se extiende y aumenta por todo el Estado a medida que crecen las luchas de carácter obrero y popular. Un ejemplo de esto es la brutalidad con la que la policía al servicio de los intereses del capital reprime a los estudiantes que un día de huelga luchan por una educación de calidad al servicio del pueblo trabajador, este es el pan de cada día.
Por otro lado es común escuchar desde ciertos sectores de la "izquierda" que en el Estado español se ha perdido la "calidad democrática", que la represión es porque gobierna el PP y no les gusta que la gente se manifieste, por eso con la llegada de un gobierno de "izquierdas" esto cambiaría. Sin embargo se puede asegurar que esto es completamente falso, una ilusión creada por las fuerzas reformistas y oportunistas para engañar a la clase obrera y a los sectores populares. Así introducen el las mentes de las masas que no hay por qué desmantelar el poder de la clase dominante para acabar con esta situación desventajosa, pero hemos podido ver en muchas ocasiones que bajo gobiernos del PSOE se ha utilizado una brutal represión. También hay que decir que estando la izquierda electoral en el poder, los cuerpos represivos al servicio del capital han actuado de igual manera contra las luchas populares y obreras. Por ejemplo en Catalunya, estando en el gobierno el tripartit formado por ERC, IU y el PSOE la policía reprimió en diversas ocasiones al pueblo trabajador o al estudiantado que luchaba en favor de sus intereses como clase, llevando incluso a la detención de varios camaradas de los CJC. Con esto se quiere remarcar el carácter de indisolubilidad que hay entre los intereses de los capitales monopolistas y la represión contra el pueblo trabajador y la juventud. Da lo mismo quien ostente el poder de la administración del Estado capitalista, lo único que importa es en manos de quien está la economía y mientras esté en manos de la burguesía, de la clase explotadora, no cambiará nada en este aspecto.
La represión es una constante del capital; es el único camino que le queda a este sistema para intentar sobrevivir en sus últimos momentos de vida. Por ello como jóvenes hijos e hijas de la clase obrera y del pueblo, como futura clase obrera, tenemos la necesidad histórica de luchar por cambiar esta realidad de explotación y miseria. Nuestras mayores armas son la organización y la unidad como clase. Solo unidos seremos capaces de dar respuesta a los ataques que recibimos por parte del capital y solo organizados resistiremos su represión. Para hacer frente al enemigo no nos queda otra, ¡Unidos somos fuertes! ¡Organizados invencibles!
