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14-N, un paso más en la lucha. ¡Al combate!

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Editorial Unidad y Lucha Nº 297 – Noviembre de 2012

Vamos a la Huelga General el catorce de noviembre, y no vamos para pedir un referéndum.

Finalmente las cúpulas sindicales se han decidido a poner fecha a la siguiente huelga general. La presión desde abajo les ha obligado y, como la cosa no es de su gusto, quieren desvirtuar esta jornada de lucha tratando de reconducirla a la “petición de un referéndum”.

La clase obrera no necesita ir a ninguna consulta para decir que no quiere ser explotada de forma más brutal. Miles de luchas y protestas, por todo el estado, en estos años de crisis estructural del sistema capitalista, ya han puesto de manifiesto la resistencia de la clase obrera a la medidas que impulsan los gobiernos de la oligarquía. Esa es la respuesta conocida de la clase obrera, protestas por los miles de EREs que se hacen utilizando las contrarreformas laborales últimas, huelgas por despidos, manifestaciones contra la privatización de la sanidad y/o la educación, movilizaciones estudiantiles. Ese es el referéndum que la vanguardia revolucionaria reconoce.

La finalidad de esta huelga general, y de todas las huelgas, es la de demostrar a los representantes del capital que la clase obrera es quien tiene la capacidad y la fuerza de parar la producción -sin que la patronal ni su gobierno consigan evitarlo-, y luego ponerla en marcha otra vez. A eso es a lo que tienen miedo los capitalistas; porque con el ejercicio de la huelga la clase obrera adquiere conciencia de su fuerza, y de su papel determinante en la producción; y eso es revolucionario. El Partido Comunista llama a la huelga para que -por la vía de la práctica-, la clase obrera vaya adquiriendo conciencia de su poder, acumule cambios cuantitativos en su conciencia, en el proceso hacia un cambio cualitativo que la lleve a una posición revolucionaria, donde entienda que solo la lucha por la revolución socialista la emancipará de esta situación de explotación y opresión bajo el capitalismo.

La Huelga General del 14-N será una importantísima jornada de lucha, y el PCPE -también los CJC- pondrá en tensión todas sus capacidades para que la misma sea un éxito. Que se preparen el gobierno y la patronal, esto está empezando.

 El gobierno naufraga

La actualidad de la lucha de clases viene determinada por un aluvión de nuevos elementos, que se agolpan reclamando la atención para su análisis.

Por un lado están los intensos y oscuros forcejeos entre las distintas fracciones dentro del polo imperialista europeo que -entre otras cosas no menores-, han impuesto al gobierno de Rajoy que el rescate de la banca española no se hace de forma directa y -por ello- contabilizará en el incremento del déficit, forzando aún más sus políticas de recortes. Alemania frena el proceso de unión tributaria y financiera -que ansía España desesperadamente-, consiguiendo así colocar su deuda a precios muy ventajosos con respecto al alto precio pagado por Madrid. El capital monopolista ejerce su dictadura.

Por otro lado la crisis capitalista estructural se agrava por días. El FMI corrige todas sus últimas previsiones a la baja, y el INE publica la última Encuesta de Condiciones de Vida aportando datos que expresan con contundencia la guerra general de la burguesía contra la clase obrera en nuestro país. Un nivel de pobreza que afecta al 21,1% de la población, bajada espectacular del ingreso medio familiar (26.500 € en 2008, y 24.609 € en 2011), la tasa de paro en el 25,02% (EPA 3T). La pobreza entre la población inmigrante llega al 38,9%, lo que demuestra cómo este colectivo es fuerza de trabajo especialmente explotada. El 40% de los hogares no tiene capacidad de enfrentar gastos imprevistos; por ejemplo pagar al dentista el arreglo de una muela. Uno de cada tres hogares soporta la carga de una hipoteca, y ya son casi seiscientas mil las viviendas robadas por la banca.

En el año 2010 las ayudas del estado contra la crisis se destinaron en un 99,6% a la banca. Cada habitante de este país -incluso recién nacidos- aportamos ese año 1.850 euros a sanear los bancos. A esa cantidad se sumará este año el rescate de la UE al sector financiero, lo que vendrá a suponer 900 euros más por habitante.

La tendencia al empobrecimiento de la clase obrera -consustancial a la formación capitalista- se expresa de una manera más acelerada en esta fase de agudización de la crisis estructural del sistema. Los grandes monopolios imponen su ley, y las fracciones más atrasadas del capital van cayendo víctimas de la voracidad insaciable de esa gigantesca fracción. Rajoy y su gobierno no hacen más que darse cabezasos contra un muro que no son capaces de romper. Desesperados, hacen de su deriva hacia el estado autoritario un intento de controlar el ascenso de la lucha obrera y de la agudización de las contradicciones entre clases. La violencia represiva creciente se instala en la cotidianidad ante la más elemental protesta. El rescate completo de la economía del país lo pondrá todo peor.

Si el gobierno Rajoy tiene abundancia de problemas económicos, no le faltan otros de índole política, ante los cuales tampoco demuestra capacidad de reacción. Las fisuras en el bloque dominante han hecho resurgir el  oportunismo de las reivindicaciones nacionalistas, y el gobierno sólo sabe responder con la amenaza. Hasta donde llegarán las políticas aventureras de ciertos sectores de la burguesía y el oportunismo de otras fracciones sociales es difícil de prever, pero la clase obrera no se puede dejar atrapar en esas estrategias del engaño y la distracción.

El gobierno naufraga y las clases dominantes preparan sus estrategias para diversos escenarios posibles. Gobierno de gerentes, estado autoritario o, también, una representación política alternativa, y algunos ya se han puesto en cola y empiezan a hacer méritos para ganar una patética credibilidad.

La situación es clara. La clase obrera no tiene nada que ganar con este sistema, no hay ninguna esperanza en el capitalismo. La lucha es por el poder obrero, por el socialismo-comunismo.

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