Las elecciones europeas del 25 de mayo reflejan una realidad política diferente a la de los años anteriores. El voto a la socialdemocracia tradicional (PSOE) se ha desplazado hacia otras opciones como IU o PODEMOS, sin que ello signifique un avance en la organización de la clase trabajadora y el pueblo. Simplemente es una fluctuación propiciada por el desgaste de PSOE o IU que demuestran la imposibilidad de gobernar en beneficio popular dentro del capitalismo. Algo que sin duda le ocurrirá también a PODEMOS en cuanto consiga gobernar en alguna institución.
Mientras tanto el voto al PCPE dobla el número de las elecciones anteriores, como reflejo de un avance -aún humilde- de éste gracias a su constante intervención en conflictos obreros, estudiantiles y populares.