Las personas que estamos en contacto con niños pequeños nos podemos dar cuenta fácilmente cómo se están perdiendo los juegos populares que jugábamos nosotros de pequeños (y no tan pequeños) en beneficio de las nuevas tecnologías.
Estos nuevos juegos no hacen sino fomentar el consumismo frente a los juegos tradicionales que apenas requerían gasto y además inculcaban valores de compañerismo, a la vez que estimulaban a los niños a esforzarse.
 
 









 
					 
					 
					 
					 
					 
					










