Severino Menéndez
En poco más de dos meses, el carácter de clase del gobierno de refresco de la burguesía se muestra en toda su extensión. Un gobierno que es, al igual que el anterior, legítimo representante de los intereses de la oligarquía autóctona y obediente ejecutor de las exigencias del capital financiero.
La crisis estructural del capitalismo, fruto de sus propias e irresolubles contradicciones internas, está haciendo que los gobiernos aparentemente de diverso color de distintos países se plieguen a la aplicación de las políticas que hoy exige el imperialismo europeo. Demostrando con ello el carácter de clase del estado burgués, al que aún tienen la indecencia de denominar como Estado Democrático de Derecho.