
Paris fue escenario de grandes acontecimientos artísticos, y fue testigo anteriormente de otras 6 exposiciones internacionales, pero ninguna como la celebrada en 1937, ni en tamaño, ni en repercusión. En concreto, hablaremos del pabellón español, quizás el mejor que hayamos llevado nunca, donde El Guernica de Picasso se mostró al público por vez primera y habitaría en el imaginario colectivo desde entonces.

















