El grado de represión contra el movimiento obrero y popular cada vez es más elevado. Un ejemplo es la condena a una joven de 21 años, Alba, por sus publicaciones en Twitter. El Estado mide con doble rasero según el proyecto político al que se defiende; mientras persiguen a Alba, queda impune una delegada de la AVT que ensalzó la figura de Blas Piñar en la misma red social. Igualmente quedan impunes asesinos y torturadores de militantes comunistas y antifascistas. La etiqueta de "terrorista" no se coloca por los crímenes cometidos.
Durante la mañana de ayer era juzgada Alba, una joven de 21 años acusada de publicar en su cuenta de Twitter diversos mensajes incitando al asesinato de importantes cargos de la política y la economía burguesa, así como reivindicando la actividad de los GRAPO. La Audiencia Nacional la ha condenado a un año de prisión y siete meses de inhabilitación absoluta de cargos públicos.
 
 









 
					 
					 
					 
					 
					 
					










