Estos días se recuerda a las víctimas de los atentados perpetrados el 11 de marzo del 2004 en Madrid por terroristas islamistas. Los damnificados en aquella desgracia se cuentan por centenares, ascendiendo a 191 el número de muertos y a 1858 el de heridos. Todos ellos eran trabajadores y estudiantes que se dirigían a sus centros de trabajo y de estudios como una mañana cualquiera, desplazándose en transporte público.
Ninguno de ellos podía imaginarse que en aquella fatídica jornada pasarían a elevar la ya de por sí abultada cifra de vidas arruinadas o destruidas que el imperialismo, directa o indirectamente, que éste ha dejado en el planeta en el presente siglo y el precedente.
 
 









 
					 
					 
					 
					 
					 
					










